Apple busca expandir su red de fabricación a otros países, como India y Vietnam, debido a las tensiones entre Estados Unidos y China. Sin embargo, estos cambios podrían tener un impacto en los precios de los productos de Apple, especialmente en los dispositivos de gama alta. Además, existe la posibilidad de que los plazos de entrega se demoren debido a la falta de infraestructura y experiencia en estos países.
Esta situación hace que el futuro iPhone 15 pueda convertirse en el primer producto de la compañía estadounidense en exportarse de manera directa desde la India, aunque los primeros modelos todavía saldrán de fábricas chinas.
La guerra comercial y arancelaria —y ahora también tecnológica, con los chips— entre las dos principales potencias mundiales, no es la única razón que ha dado pie a esta remodelación en la cadena de suministro de Apple. Los bloqueos provocados por las políticas de covid cero implantadas por el gobierno chino ya sentaron un duro golpe que pudo servir como antecedente y dar pie a una remodelación de la industria.
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Por otra parte, el crecimiento económico del gigante asiático ha traído de la mano una subida salarial para los trabajadores chinos —a la que tienen que enfrentarse las empresas—, y frente a ello, los gobiernos indios y vietnamitas buscan incentivar el establecimiento de nueva industria a lo largo de su geografía. Este último aspira a atraer a nuevos fabricantes con beneficios fiscales y gratuidad en los terrenos usados.
La expansión del sector a otras áreas supone una gran oportunidad de desarrollo para estos países, que podrían crear un importante número de puestos de trabajo, como ya ha experimentado la India, con un millón de empleos creados que dependen de manera directa e indirecta del sector tecnológico.
Sin embargo, la dependencia de la principal potencia asiática no está en fase de reducirse, y el número de proveedores del fabricante de iPhone sigue estable en China desde 2012. La fabricación en el país asiático no es solo mayoritaria, sino que también es la más rentable económicamente y la que más confianza ofrece en cuanto al uso de energía y agua. Pese a ello, los principales proveedores de la industria rechazan limitar su actividad al gigante asiático y tanto los foráneos como las empresas chinas inician ya su expansión fuera del país.
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