Tras un mes y diez días de huelga en la automoción de Estados Unidos, llega el primer acuerdo tentativo con Ford que podría suponer el inicio del fin de los paros, que involucran en total a 45.000 empleados desde mediados de septiembre. Las conversaciones continúan con Stellantis y GM.
El sindicato United Auto Workers (UAW) y Ford han logrado, por fin, en el día 40 de la huelga, un entendimiento y han fijado de forma provisional, a falta de que sea aprobado de forma definitiva por los trabajadores, las condiciones de los convenios colectivos durante los próximos cuatro años.
Así lo han anunciado el presidente del UAW, Shawn Fain, y el vicepresidente internacional, Chuck Browning, a través de un vídeo en el que explicaron los detalles acerca del pacto alcanzado y comentaron los próximos pasos a seguir, incluyendo la vuelta al trabajo de los empleados de la firma del óvalo azul durante el proceso de ratificación.
«Desde que comenzó la huelga, Ford ha puesto un 50% más sobre la mesa que cuando nos retiramos. Este acuerdo nos pone en un nuevo camino para hacer las cosas bien en Ford, en los Tres Grandes y en toda la industria automotriz. Juntos, estamos cambiando el rumbo de la clase trabajadora en este país», aseveró Fain.
Entre las condiciones logradas por los sindicalistas, destaca el importante aumento salarial, que equivaldría a un 33% en total (teniendo en cuenta los mecanismos de compensación por el incremento de coste de vida) y se queda cerca de los 36% pretendidos por la central —en las últimas horas los equipos negociadores dijeron que estarían conformes con un 25%—, pero lejos del 46% al que aspiraba en un primer momento cuando comenzaron las conversaciones.
En la práctica, los salarios se incrementarán un 25% sobre el contrato de 4 años y medio, a más de 40 dólares la hora, comenzando con un aumento inicial del 11%. Además, Fain afirmó que los trabajadores alcanzarían la retribución máxima después de tres años y que los temporales peor pagados verían alzas de más del 150% durante el plazo del marco laboral.
«Los miembros de la UAW en Ford recibirán más en salario general durante los próximos cuatro años y medio que en los últimos 22 años juntos», afirmó Browning.
También se incluyen mejoras a las condiciones de los jubilados y avances en la seguridad laboral, así como eliminar los niveles salariales.
La votación para la ratificación por parte del Consejo del UAW se ha anunciado para el 29 de octubre y esa misma noche está previsto que Shawn emita un Facebook Live especial «para analizar el acuerdo en detalle». Después, quedará pendiente que los miembros del sindicato también den su aprobación.
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha aplaudido este avance. «Siempre he creído que la clase media construyó Estados Unidos y los sindicatos construyeron la clase media. Ese es especialmente el caso de los trabajadores de la UAW que construyeron una industria estadounidense icónica. Y es fundamental para construir una economía desde el centro hacia afuera y de abajo hacia arriba, en lugar de hacerlo de arriba hacia abajo, el poder de los trabajadores», afirmó en un comunicado.
Stellantis y GM bajo presión
Por el contrario, la huelga sigue adelante en contra de Stellantis y General Motors, con aproximadamente 14.000 trabajadores interrumpiendo su actividad, por cada una. Ambas sufrieron los últimos días ampliaciones en nuevas fábricas y el acuerdo con Ford pondrá aún más presión sobre ellos para poner fin a esta situación.
«Volveremos a trabajar en Ford para mantener la presión sobre Stellantis y GM; lo último que quieren es que Ford vuelva a su capacidad total mientras ellos pierden el tiempo y se quedan atrás», fueron las palabras del vicepresidente.
El pasado 23 de octubre, el sindicato instó a detener su actividad a los empleados de la planta de ensamblaje de Sterling Heights —la «más grande y rentable de Stellantis», según la UAW— y, a continuación, el 24, sucedió lo mismo en Arlington Assembly, «cerrando la planta más grande y rentable de GM». Justo antes de levantarse de la mesa, la UAW preparaba una operación similar contra la del óvalo azul en Dearborn.
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Los fabricantes de automóviles de Detroit han argumentado que las demandas de la UAW aumentarán significativamente los costes y obstaculizarán la implantación de los vehículos eléctricos, lo que los pondrá en desventaja en comparación con Tesla y otras marcas extranjeras, como Toyota, que no están sindicalizadas.
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