Todos nosotros, desde usuarios individuales hasta las grandes organizaciones o gobiernos, deberíamos poder proteger lo que más valoramos, ya sea nuestra privacidad, familia, finanzas, clientes, el éxito empresarial, datos sensibles o la infraestructura crítica. Sin embargo, cuando las sociedades, organizaciones, gobiernos o individuos basan su vida y bienestar en productos de TI e infraestructuras digitales, todos enfrentamos una pregunta crítica: ¿cómo elegir un producto o proveedor en el que se pueda confiar?
La industria de la seguridad de TI a veces se percibe como una en la que los negocios se mezclan con demasiada frecuencia con la política global. Algunos observadores, incluyéndome a mí, creemos que se dirige hacia la “balcanización”. No creo que esta sea la forma en que nuestra industria debería operar en absoluto, especialmente porque tenemos una misión global muy importante.
El mundo moderno tiene una dependencia creciente de las Tecnologías de la Información y los sistemas informáticos. Este mismo artículo se escribió utilizando una computadora y un procesador de texto, un software que consta de millones de líneas de código. Si usted posee un automóvil, éste fue diseñado, fabricado y vendido con el uso sustancial de varios sistemas de TI. La infraestructura crítica, incluidas las redes eléctricas y de transporte, dependen en gran medida de la TI. Una parte cada vez mayor de la economía mundial depende fundamentalmente de Internet. Si de repente se produjera algún tipo de interrupción global de la Tecnología de la Información, el mundo se enfrentaría a una catástrofe tecnológica sin precedentes y a una colosal crisis económica.
Dado que la industria de TI se ha vuelto sumamente importante para el mundo, el papel de la seguridad de TI se ha vuelto doblemente substancial. Sin embargo, la industria de la ciberseguridad se enfrenta a una serie de desafíos, incluida la desconfianza. Por tanto, si bien la confianza es la base de cualquier relación humana, es la clave de nuestra seguridad. Y para la ciberseguridad, la transparencia y la confianza son aún más importantes.
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