En una demostración de cómo los videojuegos pueden servir más allá de entretenernos, un grupo de investigadores científicos, crearon y aprovecharon un algoritmo para rastrear balas en juegos de combate.
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En una demostración de cómo los videojuegos pueden servir más allá de entretenernos, un grupo de investigadores científicos, crearon y aprovecharon un algoritmo para rastrear balas en juegos de combate y así, observar cómo las moléculas se agrupan para realizar funciones específicas, en el espacio y el tiempo, dentro de las células cerebrales.
Científicos usan videojuegos para sus investigaciones
Investigación publicada en Nature Communications y que fue llevada a cabo por el Dr. Tristan Wallis y el Profesor Frederic Meunier del Queensland Brain Institute de la Universidad de Queensland, Australia, quienes tuvieron la idea durante el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19. Según indica el Dr. Wallis: «los videojuegos de combate utilizan un algoritmo muy rápido para rastrear la trayectoria de las balas, asegurando que se alcance al objetivo correcto en el campo de batalla en el momento adecuado».
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Wallis además indicó que utilizó herramientas de programación para desarrollar un algoritmo que ahora es utilizado por varios laboratorios para recopilar datos detallados sobre la actividad de las células cerebrales y que «En lugar de rastrear balas hacia los malos en los videojuegos, aplicamos el algoritmo para observar cómo las moléculas se agrupan, cuáles, cuándo, dónde, durante cuánto tiempo y con qué frecuencia».
«Esto nos proporciona nueva información sobre cómo las moléculas realizan funciones críticas dentro de las células cerebrales y cómo estas funciones pueden interrumpirse durante el envejecimiento y las enfermedades», indicó.
«FUE UNA IDEA EMOCIONANTE, ¡Y FUNCIONÓ!»
Por su parte, el Profesor Meunier dijo que el impacto potencial de este enfoque era exponencial, ya que su equipo “está utilizando la tecnología para obtener pruebas valiosas sobre proteínas como la Sintaxina-1A, esenciales para la comunicación dentro de las células cerebrales».
«Otros investigadores también la están aplicando a diferentes preguntas de investigación. Y estamos colaborando con matemáticos y estadísticos de la UQ para ampliar cómo utilizamos esta tecnología para acelerar los descubrimientos científicos», dijo el Profesor.
Para terminar, Meunier dijo que era gratificante ver el efecto de una idea sencilla, ya que usaron su creatividad “para resolver un desafío de investigación fusionando dos mundos de alta tecnología no relacionados”, como lo son los videojuegos y la microscopía de superresolución.
«Nos ha llevado a una nueva frontera en la neurociencia», aseguró.
