En cuanto a Transformación digital, he tenido la fortuna de desenvolverme en un mundo de constante cambio e innovación, un mundo que exige estar constantemente tomando riesgos y en donde las empresas deben estar dispuestas a seguir ese camino para evolucionar, teniendo en cuenta todo lo que significa transformarse a través de la digitalización, un proceso que no significa solo digitalizar áreas.
Durante el 2018, trabajando en una empresa de retail, preparé unas sesiones de «Transformación Digital» en donde expuse que, para ser exitoso en una estrategia de estas características, se requería considerar un trabajo exhaustivo y riguroso en tres áreas. Las «3 P», les puse. Nada inventado por mí, sólo era una mirada respecto a lo que estábamos viendo.
Las “3 P” para mí eran: Personas – Plataformas – Procesos. Cada una de ellas debía tener su plan de trabajo y sobre todo, inversión. Por ejemplo, si invertimos fuerte en plataformas, nuestros procesos estarán super optimizados, pero dejaremos a la deriva a nuestras personas, probablemente nuestro proyecto fracasará y, por más recursos que se integren posteriormente, no habrá forma de dar vuelta el partido. En cambio si tenemos una estructura adecuada para enfrentar el desafío, a nuestro equipo lo capacitamos, generamos las condiciones adecuadas para conseguir un equipo abierto al cambio, además de empoderarlo y hacerlo parte de esta estrategia, es muy probable que los resultados se den siempre y cuando el seguimiento y gestión del mismo sea liderado de buena forma a través de metodologías afines y, ojalá, compartiendo el trabajo con partners certificados y habiendo monitoreado todos los escenarios correspondientes. Acá es importante negociar pero, al mismo tiempo, no llevar la negociación a un lugar muy tenso.
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Aunque todo lo anterior suena a veces muy blando o simplemente un detalle, lo cultural o cómo llevar el pilar de las personas es quizás lo más sensible, ya que esas personas son la clave para que, como líderes, logremos hacer transformar a las empresas. Para mí y en base a mi experiencia laboral o de consultoría, la Transformación Digital es en un gran porcentaje, una Transformación Cultural.
En otra entrega de estos artículos ahondaré más en algunas experiencias, cómo he visto casos exitosos en donde estos tres pilares son abordados con seriedad y recursos y cómo han sido otras experiencias, en donde por no dar la relevancia, por ejemplo, a tener un equipo empoderado o una estructura adecuada, un proyecto de cambio no tiene espacio para ser exitoso.
El resto de los pasos, tanto como elegir las mejores plataformas para esta estrategia y tener los procesos lo más optimizados posible, va muy ligado a tomar buenas decisiones y ojalá acoplarse a personas o partners con experiencia y conocimiento. Al final, como todo, se resuelve con personas profesionales y hacer el levantamiento con seriedad y responsabilidad.
En estos años he ido cada vez dando más peso y cada vez invirtiendo más tiempo en trabajar con las personas y reflexionar junto a ellas, de manera tal que en base a ese ejercicio, los cambios hagan sentido y que no sean vistos internamente como algo pasajero o, simplemente, como un gusto antojadizo de un líder.
En resumen, y como hemos leído en muchos artículos, este desafío requiere líderes empáticos, conectados, colaboradores, facilitadores, con experiencia, pero que por sobre todo inspiren y empujen a la organización en este viaje, involucrándose en cada uno de los pilares.
Para mí, digitalizar áreas y que todas estén dentro de un ecosistema integrado, en donde la información viaje de lado a lado y, posteriormente, en vivo podamos ir generando paneles de análisis, definitivamente hará cambiar las empresas y los negocios. En lo personal, este mundo y esta realidad a mí me entusiasma mucho. ¿Y a tí?
