Cómo mejorar la operación de los directorios de empresas en etapa post pandemia – por Willem F. Schol

Willem F. Schol

El reciente artículo que compartí con ustedes sobre “qué implica ser un director de empresas profesional” generó varias preguntas que quisiera aprovechar para profundizar en el tema.

Una pregunta tiene que ver con qué áreas son claves para mejorar la operación del directorio de una empresa.


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En primer lugar destacaría la importancia de ampliar el alcance del directorio más allá de la supervisión del equipo gerencial. Ello con el propósito de poder ofrecer aportes y desafíos constructivos en una variedad de temas estratégicos. En segundo lugar, debiera estar la necesidad de que los directores se comprometan más en su rol, pero evitando interferir en actividades operativas. En tercer lugar, es importante buscar asegurar que haya una diversidad de experiencias relevantes y que cada posición tenga un papel claro, haciendo énfasis en aclarar las responsabilidades y la composición del directorio. Por último, quisiera destacar la importancia de que el directorio fomente la apertura, la confianza y la colaboración.

Otra de las preguntas que me hicieron fue la de ¿Cómo ha cambiado la pandemia del COVID la forma en que operan los directorios?

Incluso antes de la pandemia, la colaboración fructífera entre los directores y la gerencia ha sido un factor clave para el éxito del directorio. En tiempos de crisis, esto se vuelve aún más crítico. Según una encuesta de McKinsey el 2021 realizada a más de 800 directores y ejecutivos, las directorios en su mayoría destacaron la necesidad de enfrentar oportunamente los desafíos causados por la interrupción sin precedentes provocada por la pandemia. De hecho, los resultados indican que la pandemia puede haber desencadenado nuevas y mejores formas de trabajo que podrían seguir generando resultados positivos durante mucho tiempo.

La mayoría de las directores también realizaron al menos un cambio en sus modelos operativos en respuesta a la crisis. Con frecuencia, este cambio fue estructural. Un ejemplo fue el establecimiento de comités de crisis. Las directorios también realizaron cambios en la forma en que trabajan con la gerencia. Un ejemplo es que los directorios debieron asumir un papel catalizador, trabajando para implementar cambios reales en las organizaciones haciendo preguntas incisivas que llevaron a las empresas a redefinir el camino a seguir.

Todos sabemos que actuar con resiliencia se volvió un factor crítico y evidente entre aquellas empresas que pudieron sortear mejor el manejo de sus negocios durante la pandemia. Fundamentalmente, la resiliencia significa la capacidad de adaptarse cuando se produce una interrupción, tanto abordando lo que está sucediendo actualmente como preparándose para lo que está por venir. El rol del directorio fue clave en ese sentido.

Es en estos momentos cuando las empresas tienen la oportunidad de diferenciarse de la competencia. Y las juntas directivas pueden desempeñar un papel en facilitar estas acciones. Entre muchas otras lecciones, la experiencia de la pandemia enseñó a los directorios a enfrentar la necesidad de aumentar su velocidad y capacidad en la toma de decisiones para adaptarse al entorno.

Un punto que es preocupante según una encuesta global realizada por McKinsey es que a pesar de los aprendizajes que nos ha brindado la pandemia, solo el 40% de los directores de empresas creen que sus organizaciones están preparadas para una nueva gran crisis. Como recomendación ante una posible nueva gran crisis los directorios deben dar una mayor importancia y prioridad a la definición y manejo de su matriz y gestión de riesgos.

No podemos hablar del tema resiliencia dejando de lado el rol del directorio en moldear el talento y la cultura de una organización.

El plan estratégico y estrategias de una organización solo vale la pena si la gerencia y los empleados son capaces de llevarla a cabo. Y una organización solo puede llevar a cabo ese plan y estrategias involucradas si si cuentan con las personas adecuadas y trabajando en el entorno adecuado. Hoy en día más que nunca los temas de talento y cultura deben estar cada vez más en la agenda de las reuniones del directorio.

Cuando hablamos de cultura nos referimos a un conjunto de mentalidades y comportamientos que moldean cómo se realiza el trabajo y se toman decisiones en todos los niveles de la organización. Hablamos de una forma de permitir que una organización alcance sus objetivos estratégicos y gestione eficazmente sus riesgos. Las empresas con culturas sólidas superan a sus competidores ampliamente, según McKenzie en un factor de tres. Y una de las formas de como el directorio puede ejemplificar la cultura es promoviendo a las personas de acuerdo con los valores declarados y fomentando el aprendizaje continuo, para lograr así modelar el tipo de cultura que desean ver en toda la organización.

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