Inclusión comunicativa, construyendo puentes para todos, Ricardo Jara, el Fundador y Gerente Comercial de REAL-TIME, destaca la importancia de la inclusión como un principio esencial para el progreso social y subraya el desafío que esto presenta a las empresas modernas: ¿cómo pueden adaptarse tecnológicamente para garantizar una comunicación accesible para todos?
La convergencia entre la omnicanalidad y tecnologías innovadoras, como el «text to speech» (texto a voz), emerge como la solución a esta necesidad. Esta sinergia permite que las empresas envíen mensajes de audio a personas no videntes, brindándoles la posibilidad de recibir notificaciones transaccionales o mensajes promocionales de manera equiparable a las personas videntes que leen un mensaje escrito.
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La urgencia de adaptar herramientas y soluciones tecnológicas de manera inclusiva proviene de la aspiración de no dejar a nadie fuera del espectro comunicativo. Más allá de la simple recepción de ofertas o recordatorios de pagos pendientes, esta adaptación se vuelve crucial en situaciones más sensibles, como confirmaciones de compra o transacciones.
La clave para lograr esto reside en la implementación de plataformas que mejoren la accesibilidad de las comunicaciones. Por ejemplo, la aplicación de innovaciones que transformen el texto a voz mediante una entonación amistosa y comprensible, evitando la frialdad robótica y adoptando un acento neutro, representa un compromiso continuo para asegurar que las comunicaciones lleguen a todos, sin excluir a aquellos con discapacidades auditivas o visuales.
La adaptación tecnológica hacia la inclusividad no solo se percibe como una necesidad ética, sino también como un paso imprescindible hacia un futuro donde la comunicación sea verdaderamente universal. Las empresas que lideren esta transformación no solo satisfarán las demandas actuales, sino que también sentarán las bases para una sociedad más equitativa y conectada.
Al reflexionar sobre estos avances, se enfrenta a la realidad de que la inclusividad implica no solo adaptar tecnologías, sino también cambiar mentalidades y abrir el diálogo sobre cómo construir un entorno donde la comunicación conecte a todos los individuos, independientemente de sus capacidades. En este viaje hacia la inclusión, las empresas se convierten en agentes de cambio, forjando un futuro donde la tecnología sea un catalizador de igualdad, derribando barreras y construyendo puentes. Según publica El Pinguino
