Asistimos a un intenso desarrollo de Parques Comerciales de conveniencia que se diferencian de los tradicionales por poseer una menor dimensión, tener una ubicación más urbana y concentrar una oferta con menor peso de “retail” y más de servicios de compra cotidiana.
El concepto obviamente no es nuevo en apariencia, hasta visualmente se diferencia poco de los Retail Parks que han venido albergando a los grandes retailers del brico, del deporte o los hipermercados, pero sí es diferente en su fondo.
No viene significando una sustitución de otras superficies comerciales más tradicionales sino que coexiste con ellas, aunque los centros comerciales de mayor dimensión continúan asistiendo a la intensa transformación que generó el crecimiento del e-commerce y que no se sabe dónde y cuándo concluirá.
Esta fórmula tiene y tendrá vigencia en los próximos años, pudiendo reforzar aun más su posicionamiento como punto logístico de última milla.
Paradójicamente, a pesar de la aparente simplicidad el análisis de cada potencial ubicación requiere un estudio aún más pormenorizado si cabe, siendo preciso evaluar con la máxima precisión las necesidades del entorno de proximidad y vertebrando la oferta en torno a esas demandas. Sí tiene cabida la innovación.
Hay un gran ganador de este concepto, el propio consumidor, que puede comprar más rápido, más seguro, y de forma más frecuente, y por qué no, combinar su acción de compra con el ocio y con la relación social y familiar.Por este motivo, su crecimiento y continuidad está asegurado.
