La acelerada digitalización de las empresas en nuestra América Latina ha generado mejoras en la productividad y crecimiento en la riqueza de las sociedades, apunta Alejandro Pineda.
En columnas anteriores he hablado sobre el valor del comercio electrónico como catalizador de la recuperación económica para América Latina , así como de su papel en la generación de riqueza y bienestar. Sin duda, los números lo confirman, ya que, para el cierre de 2022, se espera que el e-commerce alcance los 104,000 millones de dólares en la región, a una tasa de crecimiento anual de casi 30%.
La acelerada digitalización de las empresas en nuestra América Latina ha generado mejoras en la productividad y crecimiento en la riqueza de las sociedades. De igual manera, ha impulsado el desarrollo de soluciones que las empresas de tecnología financiera han aportado al mercado, traduciéndose en nuevos métodos de pago alternativos que hasta hace poco tiempo eran desconocidos o concebíamos como imposibles.
Pero esto ha traído consigo un incremento muy importante en los ataques dirigidos a estas nuevas plataformas y medios de pago, con el objetivo de defraudar a una o todas las partes del ecosistema. Por citar un ejemplo, encontramos que un estudio realizado por KPMG reveló que el 83% de las empresas fue víctima de un ciberataque durante los últimos 12 meses.
El peor enemigo: indiferencia y desinformación
Si bien se trata de una problemática con grandes afectaciones para la estabilidad económica y la rentabilidad de las empresas, existen factores que acentúan la vulnerabilidad ante los ciberataques. El principal y más grande de ellos es la indiferencia con la que se trata el tema, puesto que ha propiciado que muy pocas empresas y comercios cuenten con las mejores prácticas para afrontar este delito.