Por cada taza de café que se vende en el mundo, cuyo precio en dólares es el equivalente a 2,6 dólares, los productores reciben 2,5 centavos de dólar (menos del 1 %), según sostuvo el presidente de la red intercontinental de organizaciones de pequeños productores ecológicos (SPP Global), Nelson Melo.
Así, mientras la caficultura global mueve 200.000 millones de dólares al año en ventas, los cultivadores, que son el primer eslabón en la cadena, dicen que no recuperan ni los costos. Inclusive, se habla de pérdida del 90 por ciento de su poder adquisitivo, mientras el consumo aumenta en un 2 por ciento anual.
El desfase con la distribución de los ingresos en los distintos eslabones de la cadena del café viene siendo tema de análisis desde tiempo atrás, pero ahora, tras la propuesta lanzada por el académico estadounidense, Jeffrey Sachs, durante el II Foro Mundial del Café, que concluyó este jueves en Brasil, la cuenta volvió a surgir como base para la propuesta de crear un fondo mundial en el que todos ponen, para asegurar la sostenibilidad del pequeño productor de café.
Esa búsqueda surgió en el primer foro, que tuvo lugar en el 2017, en Colombia. Esto, luego de que, en el año anterior (2016), la libra de café se cotizaba a 1,5 dólares en promedio; pero poco a poco fue entrando en declive, y este año llegó a la cifra mínima en más de una década: 86 centavos de dólar. Si bien en las últimas fechas ha habido una recuperación parcial (este jueves se cotizó a US$ 1,07 por libra), se requiere al menos un pago de 2 dólares por libra para que se recupere el costo y le quede algo de ganancia al caficultor.
La incertidumbre con el precio se presenta cada vez que surgen las proyecciones de una cosecha, principalmente de Brasil, el mayor cosechador del grano.
Precisamente, en ese sentido es el reparo que hace a la situación de la caficultura el empresario colombiano Pedro Echavarría, gerente de café Pergamino. “Las estadísticas comerciales del café están distorsionadas. Aunque el tamaño de la cosecha sea regular, muchas veces las proyecciones son infladas, lo cual es aprovechado por los fondos de especulación para comprar a bajo precio”.
Echavarría, quien está en todos los eslabones de la cadena, expresó que eso de que los recursos se quedan en la industria o en las tiendas es solo un cuento. “En un coffee shop, en el que la factura promedio de los clientes es de 15.000 pesos, se necesitan entre 5 y 7 trabajadores, con salarios muy por encima del mínimo. Además, el arriendo del local absorbe más del 15 por ciento de las ventas”.
Controversia por fondo
Por ello, algunos expertos en el tema señalan que la iniciativa de Sachs de crear un fondo global para enfrentar la pérdida de poder adquisitivo del productor “es un tanto difícil, pues se trata de una intervención de gran magnitud a nivel internacional, con caficulturas y estructuras de productores tan disímiles”.
De hecho, el propio gerente de la Federación de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez, confirmó que la idea había “generado controversia, por las fuentes de financiamiento del fondo”.
El vocero de Dignidad Cafetera, Óscar Gutiérrez, indicó que “el fondo que propone Sachs no es la salida. Sigue siendo asistencialista. Se requiere es un orden en el mercado mundial del grano”.
El debate se evidenció en el documento final emitido por los 1.500 productores del mundo que asistieron al evento. Pese a que iban con la firme intención de lograr una interacción entre todos los agentes de la cadena de la caficultura, para concretar acciones globales, en pos de la sostenibilidad económica de la oferta mundial del café, lo máximo que se logró fue “la creación de una plataforma tecnológica para consolidar y difundir información y cifras a todos los segmentos de la cadena de valor del café, de forma que se genere transparencia comercial y en la formación de precios”.
Los productores reunidos en Brasil concluyeron que desarrollarán estrategias de comercialización e innovaciones tecnológicas que permitan alcanzar precios remunerativos para los productores, tales como sellos de ‘sostenibilidad económica’ y ‘tostado en el origen’, entre otras.
