El consumo de bebidas alcohólicas ilegales en Bolivia es una problemática que afecta a varios ámbitos, desde lo fiscal hasta lo sanitario.
Según un estudio realizado por el economista Gabriel Espinoza, el 20% de las bebidas alcohólicas que se consumen en Bolivia tienen origen ilegal, ya sea por contrabando, falsificación, adulteración o producción ilícita. Esto representa un total de 798 hectolitros en 2022, lo que equivale a cerca de 380 millones de dólares.
El contrabando es el principal factor que contribuye al mercado ilegal de bebidas alcohólicas en Bolivia. La diferencia de precios entre Bolivia y los países vecinos, como Argentina y Brasil, hace que sea atractivo para los contrabandistas ingresar bebidas alcohólicas de contrabando al país.
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El consumo de bebidas alcohólicas ilegales puede tener graves consecuencias para la salud. Las bebidas alcohólicas adulteradas o falsificadas pueden contener sustancias tóxicas que pueden provocar enfermedades o, incluso, la muerte.
El consumo de bebidas alcohólicas ilegales también tiene un impacto negativo en las finanzas públicas. El Estado deja de percibir impuestos por la venta de estas bebidas, lo que puede afectar el financiamiento de servicios públicos esenciales.
El Gobierno de Bolivia ha tomado algunas medidas para combatir el consumo de bebidas alcohólicas ilegales, como el incremento de los controles aduaneros y la fiscalización de los establecimientos que venden bebidas alcohólicas. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes para frenar el crecimiento de este mercado ilegal.
En los siguientes párrafos se analizarán en detalle los principales aspectos de esta problemática, así como las posibles soluciones que se pueden implementar para combatirla.
Con información de Correo del Sur
