Ribeiro y Garbarino van de mal en peor

La crisis que doblega a buena parte del retail sigue acercando incertidumbre a un sector, como nunca antes en años, transita una etapa de cambios y retiradas. Un ejemplo de esto último puede ubicarse en el momento que atraviesa Garbarino, que esta semana entró en concurso preventivo por decisión de Carlos Rosales, aún dueño de la cadena.

Fue efectivo en su plan: según dio a conocer iProfesional el jueves pasado, en poco más de una semana la empresa despidió a 3.400 de sus 4.000 trabajadores. El 85 por ciento de su plantel.


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Pero no sólo Garbarino atraviesa la instancia del descalabro. Ribeiro también se encuentra en la etapa del concurso preventivo y el futuro de la cadena también es incierto ante la falta de nuevos socios que inyecten capital.

Recientemente, la Justicia habilitó a los acreedores para que estos se presenten a verificar reclamos y, de esa forma, comiencen a discutir posibilidades de pago a negociar en 2022. Para esto rige un plazo que vence el 30 de este mes. Se estima que la reestructuración total de la deuda de Ribeiro demorará por lo menos un año y medio más.

Garbarino, en caída

A la par de la incertidumbre en torno a Ribeiro, el escenario en Garbarino no deja de sumar dramatismo. Desde el ámbito de los empleados de la firma, sendos representantes señalaron a iProfesional que entre las notificaciones remitidas la semana pasada y las distribuidas a lo largo de esta jornada apenas si restan 600 trabajadores del retail por despedir.

La cadena acumula 3.780 cheques rechazados por un monto total de 5.762 millones de pesos. La cúpula de Garbarino, según la base de datos del BCRA, no ha dejado de librar cheques sin fondos desde el 24 de enero de 2020 a este mes del corriente año.

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