En este artículo de las serie «En Gráficos» Sarah Ilyas analiza la temporada de limones de Argentina. Cada semana la serie analizará un cultivo hortofrutícola diferente, enfocándose en un origen específico o tema para ver qué factores están llevando el cambio.
Argentina se ubica como el principal productor de limones del mundo. Los limones se cultivan principalmente en las provincias del noroeste, Tucumán, Salta y Jujuy, con una producción menor en el noreste de Argentina. En el transcurso de los últimos años, los productores de limón del noroeste de Argentina han ampliado su superficie plantada.
Gracias a la eliminación de árboles y a la replantación, la proporción de plantas por hectárea, la eficiencia y los rendimientos se han incrementado. La cosecha de limón en Argentina comenzó en la primera semana de abril. En las últimas semanas, la cosecha ha disminuido. En el punto álgido de la temporada, entraron en el mercado estadounidense alrededor de 6,8 mil toneladas. En la semana 34, los volúmenes registrados se redujeron a aproximadamente 2,4 mil toneladas. Esta temporada, EE.UU. recibió aproximadamente un 24,77% menos de exportaciones de limón de Argentina, según las estadísticas hasta la semana 33 de la Asociación de Citricultores del Noroeste Argentino (Acnoa), con sede en Tucumán.
Los precios de esta temporada oscilaron entre 29,67 dólares por paquete en la semana 26 y 20 dólares por paquete en la semana 33.
En la última década, el sector del limón se ha visto reforzado por las inversiones, y entre el 70 y el 75% de la producción total se dedica a la exportación de productos transformados del limón, como el aceite esencial, la pulpa congelada y la piel deshidratada. Sin embargo, la creciente competencia mundial y la contracción de la economía nacional han afectado negativamente al sector del limón. Los costes de transporte casi se han triplicado, lo que ha repercutido negativamente en las exportaciones, aumentando los costes y reduciendo la competitividad. Además, el precio de los fertilizantes y los insumos para el control de las malas hierbas se ha duplicado con creces, además de los gastos administrativos y los impuestos más altos. Según el informe semestral de cítricos del Servicio Agrícola Exterior del USDA para Argentina, la escasez de disponibilidad de contenedores y el aumento de los costos de la flota, debido a la pandemia del Covid-19 y a la inflación mundial, están afectando a la actividad de la industria citrícola argentina, aumentando los costos de exportación en un 100%.
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