Persiguiendo el modelo Chino, desafíos y viabilidad para Venezuela, en el afán de revitalizar la economía venezolana, el gobierno de Nicolás Maduro ha virado su mirada hacia el lejano oriente, específicamente hacia el modelo económico chino.
Este cambio estratégico, aparentemente inspirado en el Consenso de Washington, refleja un intento por combinar un control político sólido con una apertura económica y participación privada. Pero, ¿cuán viable es realmente aplicar el complejo «modelo chino» en el contexto venezolano?
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El Concepto Simplificado del «Modelo Chino»:
La visión comúnmente compartida de un «modelo chino» implica la coexistencia de un control político firme y una apertura económica hacia el sector privado. Sin embargo, Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, destaca la simplicidad de esta percepción, ya que el modelo chino ha evolucionado considerablemente desde sus primeros pasos en el comunismo estricto hacia un sistema más sofisticado.
Este modelo implica una combinación de empresas privadas y públicas, participación internacional con fuertes controles estatales, una presencia activa del Estado en investigación y desarrollo, y una conexión estrecha entre el Estado, el sector productivo y político, manteniendo una estricta concentración política en el Partido Comunista.
Avances en Venezuela: Control Político vs. Desarrollo Económico:
Según León, Venezuela ha experimentado una reorientación en la relación entre el gobierno y el sector privado en los últimos años. Aunque no se ha logrado una relación altamente productiva, ha habido una mayor fluidez y menos intervenciones gubernamentales en comparación con el pasado.
A pesar de estos avances en el control político, el analista político Ricardo Sucre destaca una diferencia fundamental: la falta de un proceso de planificación centralizada en Venezuela. Mientras que China ha dirigido un proceso de desarrollo que combina mecanismos del Estado y del mercado, en Venezuela no se ha implementado un proceso de reformas estructurales y planificación similar.
Modelo Chino Aclimatado al Trópico:
Maduro ha implementado algunas políticas que sugieren la adopción del modelo chino, como la creación de zonas económicas especiales (ZEE). Sin embargo, Sucre señala que, a diferencia de China, en Venezuela falta una visión macro que oriente el desarrollo de estas zonas de manera integral.
Aunque el gobierno espera atraer inversiones con la creación de ZEE, Sucre sugiere que Venezuela está más enfocada en esperar la «mano mágica» del mercado sin una planificación activa del Estado, un enfoque diferente al proceso de liberalización gradual y planificada que experimentó China.
Crecimiento Limitado y Obstáculos Únicos:
Ambos analistas coinciden en que la economía venezolana enfrenta limitaciones significativas, destacando las sanciones impuestas por Estados Unidos como un factor clave. A diferencia de China, que recibió grandes inversiones estadounidenses durante su apertura al sector privado, Venezuela se encuentra en una posición más restringida.
Aunque reconocen la posibilidad de cierto flujo de inversiones no provenientes de Estados Unidos, León enfatiza las limitaciones brutales de la economía venezolana. La falta de participación privada en infraestructuras clave y problemas críticos de ineficiencia e infraestructura negativa presentan desafíos significativos para el crecimiento económico sostenido.
A pesar de estos desafíos, León ve potencial para el crecimiento económico en Venezuela, aunque parte desde un punto de partida muy bajo, con un PIB que se redujo a una cuarta parte de su nivel en 2013. Advirtiendo sobre el tiempo que llevará alcanzar un desarrollo sostenible, destaca que el camino será arduo y requerirá más que una simple apertura de mercado para abordar los problemas fundamentales del país. Según publica BBC
