Las ventas minoristas en febrero aumentaron un 17,6 por ciento año tras año y un 0,2 por ciento desde enero, según la Oficina del Censo de EE. UU. La ganancia mes a mes de enero también fue revisada al alza a 4,9 por ciento.
Las ganancias demuestran una fortaleza continua en el gasto del consumidor, aunque hay señales de que la inflación puede estar causando que algunos retrasen las compras o cambien a alternativas menos costosas.
El aumento de los precios de los alimentos y el combustible impulsó el aumento de las ventas en dólares en febrero, pero las ventas de unidades son una historia diferente. El Grupo NPD descubrió que las ventas de unidades de ropa, calzado, equipo deportivo y juguetes cayeron año tras año entre el 26 de diciembre y el 5 de marzo.
“La sensibilidad a los precios está comenzando a aparecer”, dijo Marshal Cohen, asesor principal de la industria minorista de NPD, a The Wall Street Journal . “Hay un umbral que los consumidores no quieren traspasar”.
“Con los niveles más altos en 40 años, no hay duda de que los aumentos continuos de la inflación están afectando el poder adquisitivo de los hogares y probablemente restringiendo el gasto”, dijo en un comunicado Jack Kleinhenz, economista jefe de la Federación Nacional de Minoristas . “No deberíamos sorprendernos por el ritmo más lento de las ventas dado que las compras aumentaron en enero y las revisiones al alza realizadas a esos números. Y se esperaba el aumento de dos dígitos año tras año dado que gran parte de la economía todavía estaba en modo de quedarse en casa un año antes”.
A principios de esta semana, NRF pronosticó que las ventas minoristas, sin incluir los automóviles, aumentarían este año entre un seis y un ocho por ciento. El grupo comercial espera que la inflación se mantenga más alta de lo que se esperaba anteriormente y no ve un «enfriamiento» hasta algún momento el próximo año cuando la Reserva Federal alcance su objetivo de tasa del dos por ciento.
Los efectos secundarios del ataque de Rusia a Ucrania siguen siendo un comodín en los pronósticos y algunos, como Joel Prakken, economista jefe de EE. UU. y codirector de Economía de EE. UU., IHS Markit, esperan que el impacto sea más negativo que el NRF.
El Sr. Prakken, quien participó el martes en el evento «Estado del comercio minorista y el consumidor» de NRF, dijo que el «análisis inicial de su empresa de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania… claramente implica [un] aumento mucho mayor, precios de gasolina mucho más altos, precios de los alimentos mucho más altos, un crecimiento económico más lento, incertidumbres financieras, todo lo cual nos ha llevado a recortar alrededor de medio punto porcentual de nuestro pronóstico de referencia para la medida de crecimiento de EE. UU. del cuarto trimestre al cuarto trimestre hasta 2,4”.
