La Inteligencia Artificial ha llegado a romper con cualquier límite temporal establecido hasta este momento. Hasta ahora, era habitual encontrar todo tipo de apps que, con una simple foto, se aventuraban a predecir cuál sería nuestro aspecto dentro de algunos años. Ahora, el fenómeno viral impulsado por EPIK ha alcanzado una nueva dimensión. Permitiéndonos iniciar un viaje en el tiempo que nos lleva a los anuarios de los institutos estadounidenses en los años 90. Te lo contamos todo sobre este nuevo fenómeno.
Durante los últimos meses, la Inteligencia Artificial ha penetrado en todo tipo de esferas de nuestro día a día. Desde su uso más profesional, permitiéndonos utilizar ChatGPT para preparar nuestras entrevistas de trabajo, hasta su vertiente más lúdica, como es el caso de EPIK – Editor de fotos con IA. Una nueva herramienta que se ha convertido en la última moda entre influencers y todo tipo de creadores de contenido de talla internacional.
Únicamente tenemos que introducir el hashtag #YearBookChallenge en las principales redes sociales para asistir a una lista interminable de usuarios que han caído rendidos a las diferentes posibilidades que nos ofrece la herramienta. Todos ellos con un mismo denominador común: una estética que destila aire noventero a raudales con un realismo que llega a ser hipnótico. Pero, ¿cómo se usa y cuáles son sus límites?
Efecto Anuario IA
Lo primero que debemos hacer para poder sumarnos a esta moda es descargarnos la aplicación, disponible tanto para iOS como para Android de manera gratuita y, a posteriori, hacer clic sobre Anuario IA. Y es que la propia app actúa como si de un repositorio de filtros se tratase, permitiéndonos escoger entre diferentes opciones para editar y mejorar nuestras fotografías.
Una vez pulsamos sobre la opción de Anuario IA, la aplicación nos va guiando durante todo el proceso paso a paso para conseguir el mejor resultado. Ofreciéndonos indicaciones no solo del tipo de selfie que debemos subir para conseguir los resultados óptimos, sino también dándonos algunas advertencias sobre el tipo de contenido que no se encuentra aceptado dentro de las políticas de la aplicación y que, por tanto, correremos el riesgo de que nuestra cuenta sea suspendida en caso de intentar editarlo.
Para mejorar los resultados, deberemos subir entre 8 y 12 selfies siguiendo las directrices mencionadas previamente por la aplicación. Y, a continuación, seleccionar el género en el que estemos interesados dentro del anuario.
Dos tarifas y un gran elenco de influencers detrás
SNOW Corporation, la empresa que se encuentra detrás de EPIK, ha pensado en todo a la hora de fijar sus políticas de precios. Cuando estamos en el último paso y únicamente queda solicitar que la IA procese las imágenes, la aplicación nos ofrece dos modalidades de pago, en función de la prisa que tengamos para que se lleve a cabo el procesamiento de las imágenes. Por un precio de 3,99 €, tendremos nuestro anuario pasadas 24 horas. No obstante, si tenemos más prisa, podremos abonar una tarifa algo más cara, 6,99 €, y recibiremos una notificación con todo el material cuando apenas han pasado dos horas.
Una vez transcurrido este tiempo vamos a tener acceso a 60 imágenes diferentes, utilizando como materia prima los entre 8 y 12 selfies que hemos subido previamente. Todo el pack de imágenes va a ir decorado no solo con la propia atmósfera noventera, también con una gran cantidad de peinados, outfits y todo tipo de accesorios de la época.
Como no podía ser de otro modo, el éxito de EPIK ha ido acompañado de una gran cantidad de influencers que han comenzado a utilizar la aplicación y se han mostrado sorprendidos por el realismo de las fotografías generadas por la IA. Laura Escanes o Paula Gonu, dos de los rostros más conocidos en nuestro país, han sido solamente algunos de los ejemplos que no han tardado en alabar las posibilidades de la aplicación en España.
Vea también: Los hombres más ricos de Estados Unidos son de Georgia
Sin embargo, también encontramos algunos detractores. Como ha sido el caso de Bretmack Rock. Que ha llegado a afirmar públicamente que “la señorita IA no es capaz de comprender mi belleza”, llegando a pagar incluso dos veces por la aplicación para tratar de mejorar los resultados obtenidos en la primera suscripción.
La privacidad, ¿en riesgo?
Como suele ocurrir en estos casos, la viralidad de EPIK no ha estado exenta de polémica. Una vez la aplicación ha comenzado a aglutinar la popularidad con la que cuenta en la actualidad, muchas voces han comenzado a levantarse y cuestionarse el coste que se desprende de ceder nuestras imágenes a una Inteligencia Artificial que, a costa de nuestro beneficio, va a ir entrenándose y mejorando sus resultados hasta que cada vez sea más complejo discernir entre lo que es real de lo que resulta artificial.
Desde que la Inteligencia Artificial comenzó a tener un papel mucho más protagonista en nuestro día a día, la preocupación en torno a aspectos como la privacidad y la ética no ha dejado de crecer, con una mayor cantidad de voces que alertan de esta situación. Franchesca Ramsey ha sido una de las personalidades críticas. Esta activista estadounidense no ha tardado en exponer el problema que la IA está generando para una gran cantidad de artistas, que están viendo como su trabajo comienza a desaparecer. Además de avisar sobre los peligros que un entrenamiento de una IA puede llegar a generar.
Si bien es cierto que SNOW Corporation, la matriz surcoreana que es propietaria de la aplicación, ya ha manifestado que no almacena ningún tipo de información. La realidad es que, de manera más o menos indirecta, el usuario se encuentra en la situación de tener que pagar a por un servicio que, además, va a servir de aprendizaje para su modelo de IA hasta un punto en el que identificar, o no, las imágenes reales entre los resultados obtenidos va a resultar especialmente complejo.
Puedes leer la nota de la fuente aquí
