Hasbro ha anunciado una nueva plataforma de personalización, Hasbro Selfie Series , que emplea la impresión 3D para permitir a los consumidores crear una figura de acción de seis pulgadas para coleccionistas a su semejanza por $60.
En asociación con Formlabs 3D, Hasbro se lanzará inicialmente con diseños de vestuario de GI Joe, Ghostbusters, Power Rangers y Marvel, así como diseños inspirados en los héroes de Star Wars.
Para hacer una figura, los fanáticos descargan la aplicación Hasbro Pulse, escanean su rostro, personalizan la figura de acción y el peinado, y envían su maqueta a las impresoras de Formlabs. La oferta se lanza este otoño exclusivamente en la aplicación de Hasbro.
Hasbro comenzó a probar el uso de las impresoras 3D de Formlabs por primera vez en 2014. En ese momento, el entusiasmo por la impresión 3D que reemplazaba la producción industrial tradicional y marcaba el comienzo de una era de personalización masiva se estaba derrumbando, debido en gran parte a los costos de la tecnología subyacente.
En un video de YouTube, Brian Chapman, presidente de diseño, desarrollo e innovación de Hasbro, dijo que el fabricante de juguetes reconoció hace mucho tiempo que los fanáticos de los superhéroes quieren ser «inmortalizados en plástico» al verse convertidos en figuras de acción. Sin embargo, solo recientemente llegaron dos tecnologías que lo hacen posible: «una forma muy simple de escanear la cara y la cabeza de alguien y luego una forma muy asequible de imprimir esa cabeza de una sola vez».
Las aplicaciones de realidad aumentada (AR) con sensores de profundidad tridimensionales han hecho que el escaneo 3D sea mucho más accesible desde los teléfonos inteligentes para obtener representaciones más precisas de rostros, hasta tonos de piel y color de cabello. Mejorar la calidad de las resinas también ha ayudado a escalar el proceso para que el precio sea más razonable para los aficionados.
La impresión 3D, también llamada fabricación aditiva, ha demostrado ser una forma rápida y rentable de producir prototipos funcionales, pero aún tiene aplicaciones de consumo limitadas.
En un informe que se publicó en marzo pasado, McKinsey escribió que máquinas más rápidas, mejores materiales y software más inteligente están ayudando a hacer de la impresión 3D “una solución realista para muchas aplicaciones de producción del mundo real”. La consultoría todavía vio barreras técnicas, incluida la velocidad lenta y el volumen de construcción limitado disponible en la mayoría de las máquinas de impresión 3D , problemas de integración con las máquinas y los sistemas de control de producción, y el costo y la escasez de materiales.
También queda por determinar qué tipo de demanda habrá por parte de los clientes de productos hiperpersonalizados.
