Mucho se habla de Transformación Digital (TD). Varios estudios indican que es la principal preocupación de los directores de empresas, y de haber sido un tópico de entre los 10 importantes en la gestión de los equipos de trabajo, pasó a ser indiscutidamente en número 1.
¿Pero en que consiste la TD?
El principal cambio de paradigma se basa en los clientes. ¿Qué realmente quieren y qué piensan de nuestra empresa? Cómo ellos experimentan la mejor experiencia de compra.
Para poder generar cambios no se requiere sólo de tecnología, o de un gran brainstorming de los mejores ejecutivos entregando soluciones “que seguro los clientes amarán”.
Debemos, de verdad, escuchar a los clientes, generar la data suficiente, analizarla, y generar los cambios, donde podamos, que generen el impacto esperado por los clientes.
Y aquí viene el desafío más grande. Nuestra cultura. La TD no es la disputa de las antiguas y nuevas ideas, de los más experimentados versus los más jóvenes. Es un viaje de aprendizaje en que tanto lo más antiguo y experimentado se funde con nuevas ideas; en donde no hay aseguramiento de que lo nuevo vaya a funcionar. Aquí entra con fuerza la tenacidad, compromiso, y no desesperanza. Se comienza a iterar, intentar, y darle nuevamente.
En ese sentido la tecnología nos ayudará mucho con estos cambios, pero es quizás la parte más fácil; cambiar la forma en que pensamos es la parte difícil. No dejemos nunca de preguntarnos. ¿Qué piensan los clientes de nuestra organización? ¿Qué creo yo de nuestra empresa y sus clientes?