Transformación digital: Los riesgos de una transformación digital mal organizada

El otro día en un evento sobre marketing y transformación digital en la industria hotelera, un compañero que es CEO de una de las empresas de servicios digitales más potentes de nuestro país, me contaba en petit comitè cómo un supuesto «hacker ético» afgano les había escrito un mail explicándoles que la seguridad de la organización estaba comprometida.

El chico al parecer había entrado hasta la cocina, sacando «de ejemplo» datos corporativos, y se ofrecía gentilmente a informar a los encargados de IT cómo parchear sus vulnerabilidades a cambio de unos pocos cientos de euros.


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Sobra decir que esto no es hacer hacking ético. A esto en España, y seguramente también en Afganistán, se le llama extorsión, y es un delito penal. Pero claro, vete tú luego a denunciarle, que a poco que haya sido medianamente listo, ni será afgano ni por supuesto estará operando desde esta zona del mundo.

¿Qué hizo la empresa? Pues pagar. El coste era relativamente bajo, y mira, hay que reconocer que al menos, y sin que sirva de precedente, el chaval parece que sí cumplió con lo prometido, pasándoles una auditoría de redes bastante completa y explicándoles cómo lo tenían que arreglar.

Este mismo día, además, me reuní también con un stakeholder que me contó cómo recientemente una empresa de retail de la zona (Valencia) había tenido unas pérdidas directas de 4 millones de euros. Directas de 4 millones. Estimadas de casi 15. ¿La razón? El temporal Gloria que ha azotado la costa de Levante había inundado una de sus naves, estropeando todo el stock y causando grandes desperfectos (4 millones de euros).

Pero lo gordo venía por la pérdida de acuerdos con algunos proveedores nacionales e internacionales que les había llevado a echar a un porcentaje significativo de la plantilla, y cuyo coste estimado era, como decía, de casi 15 millones de euros. Y en ambos casos (la empresa de mi compañero y esta de retail) el problema era exactamente el mismo: Afrontar una transformación digital sin una estrategia homogénea y sensata.

La transformación digital debe estructurarse bajo el paraguas de un compliance corporativo

Los que nos dedicamos a la consultoría de presencia y reputación digital solemos pecar a la hora de considerar «trabajo de otros» factores tan críticos y tan poco online, como es la seguridad física y la adecuación de procesos e instalaciones a la normativa de turno.

A fin de cuentas, nos contratan las empresas para decirles cómo pueden aumentar sus beneficios aprovechando los canales digitales. Cómo pueden ser más óptimos en sus procesos internos, y cómo deben gestionar el conocimiento (el principal activo de cualquier organización) para que siga dentro de sus fronteras indistintamente del equipo humano que haya detrás.

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