“Los datos son el nuevo oro”. Se trata de una frase muy repetida en el sector que busca ilustrar el aumento en la progresiva comoditización y valor de los datos. Pero si consideramos una pepita de oro veremos que, a pesar de contar con gran valor monetario, también tiene un importante potencial no aprovechado. Sin embargo, en manos de un maestro joyero, su valor se magnifica al combinarla con otros materiales, darle un aspecto completamente nuevo y transformarla en un tesoro familiar o un símbolo de votos matrimoniales.
Al igual que cualquier otra herramienta, los datos deben utilizarse con un propósito, para encender la llama del cambio, transformación e innovación. Pero esto depende de quién los utilice y de qué manera.
Las personas tienen la capacidad de invocar un crecimiento y ventaja competitiva transformadores en el seno de su organización mediante la utilización de los datos para objetivos estratégicos. Pero esto requiere del liderazgo, estructura de datos y capacidades adecuadas para poder obtener el mayor impacto posible sobre el negocio y orientarlo en el rumbo idóneo para el éxito futuro.
Conceder importancia a los datos resulta crítico para cualquier negocio que mire hacia el futuro, pero centrar las operaciones en torno a los datos constituye la base para extraer de ellos el vasto potencial de la creatividad, innovación y nuevas oportunidades de negocio mediante el valor de la perspectiva humana.
¿Qué papel desempeña el liderazgo en este proceso?
Los líderes, ejecutivos y junta directiva de la empresa tienen la responsabilidad de crear una cultura que ponga los datos en primer lugar dentro de la organización para mejorar la digitalización, agilidad, resiliencia y adaptabilidad, las cuales constituyen los nuevos imperativos empresariales en la actualidad.
A medida que el liderazgo busca reimaginar o reavivar la organización para responder ante los cambios y retos que ha generado la pandemia de Covid-19, su rol como referentes en la utilización de los datos simplemente se ha convertido en parte de la agenda digital. Esto requiere el empleo de datos para propósitos estratégicos que aceleren el cambio e innovación inteligente.
Los mejores líderes comprenden que no se trata de encontrar datos que justifiquen sus propios métodos, sino de buscar aquellos datos que sustenten formas de pensar diferente. Esta línea de pensamiento sienta un ejemplo que genera confianza, transparencia y un verdadero compromiso con el cambio inteligente, donde todos los miembros de la organización serán responsables y participarán en la tarea de buscar las mejores soluciones de datos.
Por ejemplo, dado que los científicos de datos están al cargo de la analítica, ellos deben afrontar el reto de expandir su alcance y comunicarse con diversas líneas de negocio. Al mismo tiempo, las personas centradas en TIC deberán impulsar la comunicación de las relaciones y comprensión de los datos a los científicos de datos y otros equipos centrados en el negocio.
Conoce más aquí
