Hoja de ruta empresarial hacia la transformación sostenible

Naturaleza

En los últimos años la sostenibilidad y el medio ambiente se han convertido en las principales preocupaciones de nuestra sociedad y, por ende, en variables determinantes para nuestra economía y el accionar de toda empresa.  Sin dudas, la transformación sostenible constituye, junto con la digital, los retos más urgentes a los que deben enfrentarse las compañías, lo que exige integrar las cuestiones ESG (medio ambiente, social y gobernanza, por sus siglas en inglés) en sus modelos de negocio y operativo.

Frente a este entorno cambiante, resulta necesario concebir la transformación sostenible como un proceso transversal y concreto que debe materializarse en objetivos e indicadores de seguimiento claros que vinculen al conjunto de la compañía, a todos sus departamentos y profesionales, desde la propia estrategia a la gestión de las personas, la dirección financiera, operaciones o el área fiscal, entre otros. Se trata de un desafío difícil pero necesario y con el afán de contribuir a este proceso, KPMG junto con Expansión han elaborado la «Guía y diccionario de Sostenibilidad». Esta identifica las cuestiones que deberán valorar los directivos en el proceso de toma de decisiones, agrupándolas en áreas clave.  Se trata de una completa hoja de ruta empresarial con claves y preguntas críticas para concebir la transformación sostenible como un proceso transversal a la compañía que afecta a todos los departamentos y donde se dan pautas específicas para cada función.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

La guía parte de la premisa acerca de que cuando las empresas abordan su transformación sostenible, lo que persiguen es integrar las cuestiones ESG en sus modelos de negocio y operativos. Desde el punto de vista del modelo de negocio, afirman los expertos de KPMG, la transformación sostenible exige comprender la importancia que la creciente preocupación de los consumidores y de la opinión pública por este tipo de cuestiones va a tener en la imagen de la compañía y en la demanda de sus productos y servicios. El documento explica que este proceso de trasformación se está viendo acelerado por la confluencia de tres factores: en primer lugar, el cumplimiento de una normativa cada vez más exigente; en segundo lugar, la convicción del impacto positivo en la reputación y, por último, el impulso que proporcionan los cada vez mayores incentivos de los mercados de capitales, de bienes y servicios y de empleo.

Uno de los puntos sobre los que hace hincapié el informe es sobre la dirección estratégica. Al respecto, explica que la función estratégica de una compañía debe velar por que la sostenibilidad genere retorno para el accionista, y para que, a su vez, los planes de negocio sean coherentes con los objetivos corporativos de sostenibilidad y con las expectativas del mercado y de la opinión pública en esta materia. No se trata de una tarea fácil, pero si se realiza de manera correcta puede traer importantes beneficios a la empresa. Según el informe “KPMG Global CEO Outlook”, más de la mitad de los CEO españoles cree que la orientación estratégica hacia la sostenibilidad añade valor a la compañía.

Lograr desarrollar una gestión estratégica sostenible implica, según la guía, llevar la sostenibilidad más allá del compliance y la gestión de riesgos para integrarla en el modelo de negocio y asegurar su impacto en la valoración de la compañía. Para ello la guía afirma que existen cinco áreas de actuación que debe orquestar la función de estrategia, alineando mercado, consejo de administración y equipo de gestión. Estas son: en primer lugar, determinando cómo debe restructurarse el portafolio de negocios de la compañía para mejorar el rating ESG y su valoración. En segundo lugar, analizando las nuevas oportunidades que surgen a raíz de los compromisos de sostenibilidad de la sociedad y cómo deben abordarse las nuevas inversiones. La transformación de los negocios actuales es la tercera área de actuación que expone la guía. Al respecto sostiene que será importante detecta las necesidades de los negocios para adecuar su propuesta de valor y operaciones para mejorar así su rentabilidad en el largo plazo. En cuarto lugar, se ubica la comunicación. Sobre este punto, el informe de KPMG explica la importancia que tendrá poner en valor los esfuerzos de sostenibilidad realizados para que sean adecuadamente comprendidos y valorados por la comunidad inversora. Por último, la quinta área de actuación la constituye el plan estratégico. Alinear el plan de sostenibilidad con los planes estratégicos de negocio, y plasmándolo en un mapa concreto de acciones e inversiones en materia de sostenibilidad.

Para concluir, la guía plantea algunas preguntas sobre ESG que la dirección estratégica debiera formularse y buscar repuesta:

  1. ¿Cómo va a contribuir el ESG a la creación de valor y cómo se integra el plan de sostenibilidad en el plan estratégico de la compañía?
  2. ¿Cuál es la huella de carbono de los diferentes negocios de la compañía, su alineamiento con el Acuerdo de París?
  3. ¿Cómo van a afectar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible a la rentabilidad de los negocios (incremento o disminución de ingresos, costes e inversiones)?
  4. ¿Qué nuevas oportunidades de negocio se abren a la compañía como resultado de los mayores requerimientos de sostenibilidad en nuestra sociedad y de iniciativas como el Pacto Verde Europeo?
  5. ¿Cuál es el mapa de transformación sostenible para cumplir con los objetivos de largo plazo de la compañía y cómo va a controlarse la ejecución de los hitos clave?
Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉