ChatGPT y los chatbots no son inocentes y espontáneos

Dibujo de una mano sosteniendo un celular con una aplicación de chatbots

De acuerdo al portal de noticias Pulzo, ChatGPT y los chatbots no son inocentes y espontáneos; obedecen a políticas e ideologías. Esas herramientas de inteligencia artificial (IA), igual que los algoritmos, no son una tábula rasa, como si hubieran surgido con la ‘mente’ vacía.

En la teoría del conocimiento, el concepto de tábula rasa plantea que las personas nacen con la mente ‘vacía’, sin cualidades innatas, con lo que todos los conocimientos y habilidades tienen su origen únicamente en el aprendizaje, a través de experiencias y percepciones sensoriales. Una idea análoga subyace a varios desarrollos de inteligencia artificial (IA), especialmente la generativa, como los robots conversacionales del tipo ChatGPT.


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Los interesados en planteare cualquier tema hipotético a estos chatbots creen que, tan pronto le hacen una pregunta, esa IA genera contenido original a partir de datos existentes, usando algoritmos y redes neuronales avanzadas para aprender de textos e imágenes, y luego producir contenido nuevo y único. Bueno, sí lo hace, pero a partir de parámetros predeterminados.

Marcelo Granieri, profesor de OBS Business School, advierte precisamente que uno de los riesgos más importantes asociados con la inteligencia artificial generativa (IAG) “es la posibilidad de generar contenido sesgado. Si la IA es entrenada con [un] tipo de datos, puede generar contenido que refleje […] sesgos, lo que podría tener consecuencias graves en campos como la política, la justicia, medioambiente, inmigración, economía, etc.”.

Con todo, el robot conversacional ChatGPT ya invadió las esferas académicas y profesionales. Políticos y legisladores ya lo usan para elaborar discursos y leyes; algunos gobiernos pretenden convertirlo a sus causas y hay quienes temen que se vuelva un arma difícil de detectar en campañas de influencia.

En Japón, un parlamentario interpeló al primer ministro a finales de marzo con preguntas propuestas por ChatGPT. En Francia, el robot redactó una enmienda al proyecto de ley de los Juegos Olímpicos de 2024.

Incluso el presidente francés, Emmanuel Macron, mencionó en Twitter recientemente la inteligencia artificial de OpenAI, publicando una captura de pantalla de un intercambio con el chatbot que consideraba a Europa “competitiva” en la carrera por la innovación.

La tecnología estadounidense detrás de ChatGPT no fue, sin embargo, concebida para emitir tales juicios, porque solo responde con las palabras más acordes a una solicitud, por lo cual puede sostener alternativamente posiciones opuestas.

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