La investigación sugiere que dos factores son los más importantes al tomar decisiones sobre cómo las empresas deben responder a la guerra comercial entre EE. UU. y China: la ubicación y la dependencia de la cadena de suministro, y la tecnología.
La relación de Canadá con China ha sufrido debido a la saga legal que involucra a la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou . La pandemia de COVID-19 también ha dejado muy claro que la dependencia de los proveedores chinos, para las empresas de todo el mundo, puede tener consecuencias desastrosas cuando se interrumpen estas cadenas de suministro .
En este momento desafiante e incierto, muchas empresas están tratando de reorganizar sus cadenas de suministro y reducir las dependencias que son vulnerables a las tensiones políticas y al aumento de los costos .
Si bien la pandemia ya ha obligado a muchas empresas a volverse más ágiles , por ejemplo, al aumentar su número de proveedores, los líderes empresariales ahora deben comenzar a pensar en las implicaciones a largo plazo de una mayor incertidumbre en los mercados, ya que es probable que la volatilidad llegue para quedarse.
Nuestra investigación en curso sugiere que dos factores son los más importantes al tomar decisiones sobre cómo responder a la guerra comercial entre EE. UU. y China: la ubicación y la dependencia de la cadena de suministro, y la tecnología.
Poner fin a la dependencia en dos frentes
El primer factor tiene que ver con la dependencia que tienen las empresas de los proveedores y clientes chinos. China ofrece una combinación única y completa de cadenas de suministro y una clase media en crecimiento que alimenta la alta demanda de casi cualquier bien.
Según un informe de las Naciones Unidas, China alberga casi todas las industrias y sus empresas ofrecen casi la gama completa de productos y servicios en cada una de estas industrias.
El segundo factor es la dependencia tecnológica. En algunas industrias, abrir camino en la frontera tecnológica es clave para el éxito. América del Norte sigue siendo la región líder en muchas de estas tecnologías (incluidas la biotecnología , la carne cultivada y la inteligencia artificial ) y está cada vez más preocupada por la posibilidad de que su propiedad intelectual caiga en manos chinas.
En el futuro, las empresas que se ocupan de tecnologías norteamericanas en áreas de vanguardia probablemente tendrán que evitar realizar envíos a China o utilizar esta tecnología en colaboración con empresas chinas.
Dependencia china baja frente a alta
Es probable que las empresas con diferentes grados de dependencia de las cadenas de suministro chinas y las tecnologías norteamericanas se comporten de manera muy diferente. Recorremos los cuatro escenarios.
Las empresas que dependen poco tanto de la tecnología norteamericana como de las cadenas de suministro chinas tienden a trasladar sus instalaciones de fabricación a un tercer país con salarios bajos, como Vietnam e India, porque es fácil encontrar sitios de producción alternativos y acceder a la tecnología.
El negocio de pantallas de Samsung , que ofrece señalización digital y pantallas de hospitalidad, es un ejemplo. La dependencia de Samsung de las cadenas de suministro chinas es baja porque posee una cadena de suministro relativamente completa que va desde actividades upstream (entradas a productos, como diseño de chips) hasta actividades downstream (salidas como productos, como teléfonos inteligentes).
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