Los contenedores llenos de libros en el fondo del océano son solo un problema para una industria que enfrenta una gran escasez
A principios de enero, un gran buque de transporte procedente de Taiwán se detuvo en el Atlántico medio y su llegada al puerto de Nueva York se retrasó debido a la congestión del puerto. El clima intempestivo (enormes olas y poderosos vientos oceánicos) tiró 60 contenedores por la borda . Otros 89 contenedores resultaron dañados cuando el barco se balanceó en las olas.
Dentro de los contenedores había dos libros de cocina muy esperados cuyo lanzamiento estaba previsto para esta primavera: El pavo y el lobo del chef de Nueva Orleans Mason Hereford y Dinner in One de la columnista del New York Times Melissa Clark.
“La buena noticia es que no hubo heridos críticos, como puede pasar en estas situaciones. Pero la mala noticia es que los libros podrían estar en un contenedor de carga en el fondo del Océano Atlántico”, escribió Hereford en Instagram , diciendo que era “lo más divertido de 2022 que ha sucedido este año”. Ambos autores retrasaron las fechas de lanzamiento de sus libros para más adelante en el año.
La pérdida de los libros en los mares tormentosos casi parece una metáfora demasiado adecuada para la tensión y el caos que la pandemia de coronavirus ha infligido a la industria editorial mientras lucha por hacer frente a los problemas de suministro, la escasez de papel y el aumento de la demanda.
Según Trump, el impresor del libro le dijo: “Bueno, tenemos un problema: no podemos conseguir papel. No podemos conseguir tinta. No podemos conseguir pegamento. No podemos conseguir cuero para las fundas.
Si bien estos problemas son nuevos para Trump, la industria editorial ha estado experimentando dificultades en su cadena de suministro durante meses, lo que afecta las fechas de lanzamiento y la disponibilidad de nuevos títulos.
