Los bloqueos impuestos por el peor brote de Covid en China han afectado la fabricación y pueden provocar retrasos y precios más altos
El brote de Covid-19 en Shanghái sigue siendo «extremadamente sombrío» con el bloqueo en curso de la potencia financiera de China que amenaza con devastar la economía del país y «desgarrar» las cadenas de suministro globales ya muy estiradas.
Cuando Shanghái anunció otro récord diario de 16.766 casos el miércoles, los medios estatales citaron al director del grupo de trabajo de la ciudad sobre control de epidemias diciendo que el brote en la ciudad “todavía se desarrolla a un alto nivel”.
Aunque bajo según los estándares internacionales, este es el peor brote de China desde que el virus se apoderó de Wuhan en enero de 2020 y provocó la pandemia mundial.
Toda la población de Shanghai de 26 millones ahora está bloqueada y hay un creciente descontento entre las personas que han estado viviendo con restricciones en sus movimientos durante semanas mientras las autoridades se apegan obstinadamente a su política de eliminación de la enfermedad.
Al menos 38.000 miembros del personal médico han sido desplegados en Shanghái desde otras partes de China, junto con 2.000 miembros del personal militar, y la ciudad está realizando pruebas masivas a los residentes.
Un brote separado continúa causando estragos en la provincia nororiental de Jilin y la capital, Beijing, también vio otros nueve casos. Los trabajadores cerraron todo un centro comercial en la ciudad donde se había detectado un caso.
Cada vez hay más señales de que la economía de China se está desacelerando bruscamente debido a los bloqueos. La actividad en el sector de servicios de China se contrajo al ritmo más pronunciado en dos años en marzo, ya que el aumento de casos restringió la movilidad y afectó la demanda. El índice de gerentes de compras (PMI) de Caixin, observado de cerca, cayó a 42,0 en marzo desde 50,2 en febrero. Una caída por debajo de la marca de 50 puntos separa el crecimiento de la contracción.
La misma encuesta mostró una contracción en el gigante sector manufacturero del país la semana pasada y los economistas advirtieron el miércoles que podría haber algo peor a medida que el cierre de Shanghái comience a afectar las cifras de los próximos meses.
Los mercados bursátiles en Asia estaban en un mar rojo el miércoles con el Nikkei cayendo un 1,5% y el Hnag Seng más del 2%. Los mercados europeos también cayeron en las primeras operaciones.
Alex Holmes, de Capital Economics, dijo que los efectos secundarios del brote de covid en China en el resto de Asia han sido relativamente menores hasta ahora, pero «la posibilidad de una interrupción importante de las cadenas de suministro sigue siendo un riesgo grande y creciente».
“Cuanto más dure la ola actual, mayores serán las posibilidades”, dijo.
“Un factor de riesgo adicional es que después de muchos meses de interrupción en toda su extensión, las cadenas de suministro globales ya están muy extendidas. Ahora existe un potencial mucho mayor para que un pequeño cuello de botella tenga grandes repercusiones”.
Dos años de interrupción por la pandemia han dislocado las complejas cadenas de suministro de la economía mundial, provocando un fuerte aumento de los precios de las materias primas, los alimentos y los bienes de consumo.
La guerra en Ucrania se ha sumado a la inflación, especialmente en los precios del petróleo y los cereales, y más cierres en China podrían empeorar la situación.
Christian Roeloffs, cofundador y director ejecutivo de la empresa de logística Container xChange, con sede en Hamburgo, dijo que la volatilidad del mercado ha causado incertidumbres que han causado retrasos masivos y capacidades reducidas.
“Los cierres inducidos por el covid en China y la guerra entre Rusia y Ucrania han destrozado las expectativas de recuperación de la cadena de suministro, que ha estado luchando para mantenerse al día con las presiones de las implicaciones resultantes de estas y muchas más interrupciones”.
Roeloffs dijo que las dislocaciones provocadas por el coronavirus y las tensiones geopolíticas significaban que las empresas estaban buscando formas de aliviar su dependencia de la arteria comercial clave entre Estados Unidos y China y buscar diversificar sus líneas de suministro.
“Necesitaremos cadenas de suministro más resistentes y eso significa menos concentración en rutas de alto volumen”, dijo. “Si bien China-EE. UU. seguirá siendo significativamente masivo, se incrementarán las redes comerciales más pequeñas a otros países en el sudeste asiático… Este será un proceso muy gradual. No significa que la demanda de carga de China vaya a disminuir ahora, pero creo que ya no crecerá tanto”.
Sus comentarios hacen eco de una advertencia del jefe del banco central el martes de que la economía mundial puede estar al borde de una nueva era inflacionaria en la que los consumidores se enfrentarán a precios persistentemente más altos y tasas de interés en aumento debido al retroceso de la globalización.
Agustín Carstens, jefe del Banco de Pagos Internacionales, dijo que se podrían requerir tasas más altas durante varios años para combatir la inflación. Los precios se están disparando en todo el mundo y las economías desarrolladas registran las tasas de inflación más altas en décadas. En el Reino Unido, la inflación es del 6,2 %, mientras que en EE. UU. los precios aumentaron un 7,9 % en el año hasta febrero, la tasa más alta en 40 años .
Hablando en Ginebra, Carstens dijo que construir nuevas cadenas de suministro que reduzcan la dependencia de Occidente de China sería costoso y daría como resultado una mayor producción que se trasladaría a los consumidores en forma de precios y, por lo tanto, tasas de interés más altas para frenar la inflación.
“Lo que comienza como temporal puede afianzarse, ya que el comportamiento se adapta si lo que comienza de esa manera va lo suficientemente lejos y dura lo suficiente. Es difícil establecer dónde se encuentra ese umbral, y es posible que solo lo descubramos después de haberlo cruzado”, dijo.
