Las nuevas medidas sanitarias implementadas por los gobiernos federal y estatales podrían agarrar en curva a los centros comerciales, y demás negocios, que incumplan dichos protocolos.
En la Ciudad de México, tras el anuncio de la transición al semáforo naranja, los centros comerciales y las tiendas departamentales tuvieron el banderazo para reiniciar operaciones desde el pasado 6 de julio. Esto se daba bajo la estricta evaluación del comportamiento, afluencia de visitantes y medidas que deben implementar para asegurar la sanitización y sana distancia entre usuarios y personal.
Desde el primer día, se observaron largas filas ante el ofrecimiento de grandes descuentos que atrajeron a los asistentes, esto como estrategia a la que le apuestan su recuperación económica. Ahora, la bienvenida a las tiendas se da a través de señalizaciones, estaciones sanitizantes, tapetes y termómetros, herramientas para detectar y prevenir casos que podrían desencadenar en contagios.
Pero, ¿qué hay detrás de toda esta organización? ¿Quiénes son los responsables de efectuar y garantizar que estos protocolos sean permanentes y no momentáneos? ¿Cómo transmitir orden y limpieza adecuados para los clientes, sin que ellos se sientan interrumpidos durante sus compras?
Los primeros días se registraron pruebas de reaperturas, las cuales fueron apresuradas y con falta de organización; sin embargo, según el Instituto de Verificación Administrativa, este proceso estará en constante cambio mientras le contingencia continue.
Es por eso que los equipos de trabajo deben estar coordinados y en constante comunicación con los tomadores de decisión; que las tareas en terreno sean ejecutadas en tiempo y forma antes, durante y al cierre del día de venta; pero, sobre todo, que se obtenga evidencia adecuada de cada cumplimiento para tener un respaldo ante la Autoridad y se obtenga un registro de las fallas o temas a priorizar en atención.
Empresas de tecnología han desplegado diferentes herramientas para la gestión y auditoría, como es el caso de ALTO Alliance, la cual se diferencia de proveer una visualización en tiempo real de lo que los equipos en tienda ejecutan y se obtiene una evidencia, a través de una app de teléfonos celulares y un administrador de Tareas. Todo en un solo lugar y en la palma de la mano.
Ejemplo de esto es hacer obligatoria la toma de temperatura por parte de la Autoridad; al principio se realizaba en la frente y se modificó a realizarlo en la muñeca, esto como resultado de un ajuste ante las peticiones de los compradores y como respuesta inmediata para evitar quejas.
El cumplimiento de las medidas será un proceso nuevo que se adoptarán y adaptarán a todos los negocios. Si bien esta nueva normalidad estará bajo la lupa, ya que cada medida permitirá avanzar a alertas de menor riesgo, sin embargo, estos protocolos podrían permanecer como una estrategia para evitar rebrotes o nuevas contingencias sanitarias.
