Seguridad Cibernética en el Sector Financiero: Desafíos y Soluciones

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En el panorama actual, la tecnología desempeña un papel cada vez más crucial en diversos aspectos de nuestras vidas, especialmente en el ámbito financiero. Los servicios en línea, las transacciones electrónicas y los pagos móviles han ganado gran popularidad. Sin embargo, aunque estos avances tecnológicos brindan comodidad y eficiencia, también traen consigo el riesgo cibernético, que se propaga con rapidez y frecuencia.

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Los sectores bancarios, los sistemas de pago para transacciones internacionales y los bancos centrales son particularmente susceptibles a los ciberataques debido a diversos factores, principalmente la posibilidad de obtener ganancias sustanciales de un ataque exitoso. Por ello, se vuelve imperativo proteger tanto los datos personales como financieros de los clientes y salvaguardar información confidencial como contraseñas y números de tarjetas de crédito. La exposición de estos datos al público equivocado podría resultar en fraudes financieros y robo de identidad.

En este contexto, el riesgo cibernético ha dejado de ser meramente operativo para convertirse en una amenaza que puede afectar gravemente la continuidad de las empresas y la economía en su conjunto. Un número significativo de empresas comparte información, activos, software e infraestructura, lo que aumenta la vulnerabilidad de su estabilidad ante la rápida propagación de ataques entre organizaciones.

El Banco de México ha adoptado la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI) para calcular el Índice de Percepción del Riesgo de Ciberataques al Sector Financiero. Este índice proporciona una evaluación del riesgo de ciberataques en México y su sistema financiero basándose en fuentes de inteligencia. Entre 2017 y 2022, se determinó que México presentaba un puntaje del 4.35%, situándose por debajo del promedio global (6.81%) y la mediana (4.78%) en comparación con otros países.

Según el informe, el año 2022 registró la mayor cantidad de ataques, en los que el ransomware y los card sellers se destacan como los más preocupantes. Los incidentes de ransomware, que involucran el secuestro de datos hasta que se pague un «rescate», están en aumento y podrían afectar seriamente la estabilidad financiera de un país. Los card sellers, por otro lado, se refieren al robo y venta de datos financieros y personales en el mercado negro, siendo este ataque el más reportado durante ese año. Aunque los card sellers no amenazan directamente la estabilidad financiera, minan la confianza de los usuarios en los bancos y sus procesos automatizados.

Ante este panorama, las instituciones financieras deben asumir cuatro responsabilidades esenciales: i) salvaguardar la información de sus clientes, ii) garantizar la protección de sus sistemas contra ciberataques, iii) capacitar a sus colaboradores para identificar y responder a amenazas potenciales, y iv) proporcionar información de calidad a los clientes para que comprendan la importancia de proteger sus datos personales.

Priorizar la protección de datos y diseñar estrategias de ciberseguridad adaptadas a cada entidad para anticipar amenazas potenciales contribuye a asegurar la continuidad de las instituciones y la seguridad de la información de los usuarios. Juntos, podemos construir un entorno en línea más seguro y confiable.

Esta nota apareció primero en forbes.com.mx

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