El legado de Michael Jordan es casi inabarcable. En torno a la figura del GOAT del baloncesto se ha montado una línea de calzado y de ropa deportiva multimillonaria y absolutamente icónica. Las Air Jordan son, a casi 40 años de su lanzamiento, las máximas responsables de que ahora todos llevemos zapatillas, ya sea con chándal, de manera casual o con traje.
Las sneakers de Su Majestad del Aire siguen siendo hoy objeto de culto incuestionable, sobre todo los modelos más antiguos, pero eso no quiere decir que la marca no haya sabido ampliar terreno. Jordan Brand ha creado a día de hoy prácticamente de todo y, aunque en esencia continúa siendo una marca de productos baloncesto, hace tiempo que ha dado el salto al lifestyle. Su último lanzamiento es una clara evidencia de ello.
Las Air Jordan 1 Brooklyn son una fantasía de mezcla entre el primer modelo de la franquicia y una bota de caña alta que recuerdan a las botas militares de principios del siglo XX. Eso sí, no son las primeras botas que realiza la marca. Ya habíamos visto en el pasado modelos como las Jordan Future Boots, lanzadas en 2016, o las AJ1 Jester XX, de 2018, que jugueteaban con esta forma.
Incluso siluetas más deportivas, como las Air Jordan 9 Retro o las Winterized de Nike, también contaban con un contorno que recordaba al de una bota. Sin embargo, las AJ Brooklyn vienen a llevar el concepto de Jordan High a otro nivel, literalmente.
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La nueva silueta de la familia Jumpman es inmensa en comparación a sus predecesoras, convirtiéndose en el zapato más alto de la marca hasta la fecha. Con un aspecto imponente, combina la parte superior de la icónica zapatilla de baloncesto creada por Peter Moore con una robusta suela con plataforma que se roba completamente el protagonismo. La macrosuela, que añade fácilmente unos centímetros de altura a cualquiera que se la ponga, posee un apariencia agresiva gracias a la pisada dentada y a la triple banda de rodadura, la cual parece recién extraída del neumático de un coche de carreras. Piensa en ellas como si Rick Owens hubiera querido diseñar sus propias Jordan.
La nueva silueta de la familia Jumpman es inmensa en comparación a sus predecesoras, convirtiéndose en el zapato más alto de la marca hasta la fecha. Con un aspecto imponente, combina la parte superior de la icónica zapatilla de baloncesto creada por Peter Moore con una robusta suela con plataforma que se roba completamente el protagonismo.
La macrosuela, que añade fácilmente unos centímetros de altura a cualquiera que se la ponga, posee un apariencia agresiva gracias a la pisada dentada y a la triple banda de rodadura, la cual parece recién extraída del neumático de un coche de carreras. Piensa en ellas como si Rick Owens hubiera querido diseñar sus propias Jordan.
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