Según publica pe.fashionnetwork.com Con la recuperación post-Covid, las fusiones y adquisiciones continúan a pesar de las tensiones geopolíticas y económicas, pero a un ritmo lento, según el último informe «Global Fashion & Luxury Private Equity and Investors Survey 2023» publicado por Deloitte. «Las operaciones en el sector han repuntado en 2021 y la primera mitad de 2022, registrando un ligero aumento, pero en el frágil mercado actual, las expectativas de una mayor recuperación pueden deteriorarse rápidamente», adviertió la consultora.
En 2022, el sector del lujo registró 292 operaciones, frente a las 284 de 2021, ocho más en un año, lo que representa un crecimiento del 2,8 %. Cabe destacar el año pasado la adquisición de la marca Tom Ford por el gigante estadounidense de la belleza Estée Lauder por 2300 millones de dólares. En el segmento de bienes de lujo, que representa el 43,2 % del total de transacciones, el número de operaciones concluidas el año pasado descendió, con 30 transacciones menos. En concreto, Ropa y Accesorios, que representa el sector más atractivo en términos de fusiones y adquisiciones con un total de 77 operaciones en 2022, tuvo 11 operaciones menos que el año anterior. Del mismo modo, Cosmética y Fragancias ha caído de 63 operaciones en 2021 a 29 un año después (34 menos). Solo Relojería y Joyería está obteniendo buenos resultados, pasando de 5 a 20 operaciones en un año (15 más).
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A la cabeza en 2022 se sitúan los hoteles de lujo, con 98 operaciones (16 más), seguidos de la moda (ropa y accesorios) y los muebles, con 36 operaciones (9 más). Las mayores operaciones se registraron en el sector de la automoción, con un valor medio de 2963 millones de dólares, mientras que se espera que el valor medio de las operaciones se sitúe en torno a los 1047 millones de dólares en 2022. La mayoría de las operaciones se llevaron a cabo mediante absorciones y consolidaciones, mientras que las salidas a bolsa cayeron drásticamente con solo tres ofertas públicas iniciales, 12 menos que en 2021, señaló el informe.
«Tras el impacto de la pandemia del Covid-19, el sector del lujo ha vuelto a mostrar una gran resistencia frente a los nuevos retos vinculados a un marco macroeconómico y geopolítico incierto. Sin embargo, la tendencia de crecimiento se mantiene y el sector sigue siendo uno de los más atractivos para los inversores, impulsado también por la atenuación de ciertos problemas surgidos en el último periodo, como la inflación, el coste de las materias primas y las dificultades vinculadas a la cadena de suministro», afirmó Elio Milantoni, socio de Deloitte, en un comunicado de prensa.
Desde el punto de vista geográfico, Europa ha experimentado el mayor crecimiento, con 25 operaciones más que en 2021, seguida de Oriente Medio (+5), mientras que Norteamérica sufre un fuerte descenso (-12), al igual que Asia-Pacífico (-10) y Japón (-3).
Los retos a los que se enfrenta el sector son numerosos, desde el desarrollo sostenible y la economía circular hasta las plataformas digitales, de segunda mano y de reventa. Para Tommaso Nastasi, socio de Deloitte, «la digitalización y la sostenibilidad son ahora esenciales. Los consumidores prestan cada vez más atención a la selección de productos fabricados de manera responsable. Al mismo tiempo, las empresas de lujo son conscientes de que, si quieren seguir atrayendo a las nuevas generaciones de consumidores, deben adaptarse a la innovación tecnológica y a sus nuevos lenguajes».
Para 2023, la consultora estima que el sector debería atraer a ocho de cada diez inversores. «El sentimiento de los inversores hacia los activos de moda y lujo es mixto, pero sigue siendo positivo, ya que el 80 % de los actores encuestados afirma que invertirá, al menos probablemente, en el sector, mientras que el 20 % probablemente no invertirá o no invertirá en absoluto. El interés de los inversores se centra en Cosmética y Perfumería (63 %), Ropa y Accesorios (50 %), Mobiliario (50 %) y Relojería y Joyería (33 %). El segmento de los bienes de lujo sigue siendo uno de los más atractivos, como el año pasado».
Los inversores parecen preferir las transacciones más pequeñas. Según Deloitte, más de la mitad de ellos (66 %) están dispuestos a invertir en empresas con ventas inferiores a 50 millones de dólares, y el 31 % se interesa menos por las empresas medianas (entre 50 y 250 millones de dólares de ventas). En cuanto a sus expectativas, parecen haberse revisado a la baja. Con respecto a sus nuevas inversiones, el 28 % de los inversores espera una tasa interna de rentabilidad inferior al 20 %, mientras que la mayoría (66 %) espera una rentabilidad de entre el 21 % y el 30 %. Sólo el 7 % restante espera un rendimiento mejor, es decir, superior al 30 %.
