Cómo el Cartier Tank conquistó las muñecas más elegantes del mundo

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  • Dotado de elegancia atemporal, el Cartier Tank ha cobrado gran popularidad, convirtiéndose en clásico con encanto propio y uno de los relojes en tendencia.

Según publica gq.com.mx Bienvenidos a la era del Cartier Tank. El mundo del coleccionismo de relojes siempre ha tenido sus favoritos. El Audemars Piguet Royal Oak y el Patek Philippe Nautilus, por ejemplo, se han establecido firmemente desde hace algún tiempo como la referencia de la elegancia discreta, con una herencia y una historia que son distintivas sin resultar exageradas. Sin embargo, recientemente, otro clásico que comparte esas cualidades ha ganado popularidad: el Cartier Tank.

“La gente está empezando a reconocer que estos relojes Cartier han sido emblemáticos a lo largo del siglo XX”, afirma Harry Fane, un vendedor londinense especializado en relojes y joyas Cartier vintage. “Han sido icónicos, y son fundamentalmente bellos y elegantes”.


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El Cartier Tank se presentó por primera vez en 1919, con su forma estilizada inspirada en el físico de un vehículo de combate de la Primera Guerra Mundial. Desde el primer día cautivó a los clientes —aunque durante décadas se fabricó en cantidades muy limitadas—, pero hasta hace poco el Cartier Tank no había sido un reloj en tendencia. Ahora, se está convirtiendo exactamente en eso, disfrutando de una nueva popularidad, la misma que se ha ganado otro diseño clásico de Cartier, el Santos, el cual Louis Cartier, nieto del cofundador de la marca Louis-François Cartier, creó en 1904 para su amigo Alberto Santos-Dumont, un aclamado piloto de la época.

A medida que los relojes Cartier vintage y neo-vintage se han vuelto más populares, sus precios han ido subiendo en consecuencia, especialmente en las subastas. El año pasado, por ejemplo, Sotheby’s vendió un Cartier Tank de acero inoxidable fabricado en 1935 por más de 240,000 dólares.

Como un remanente de esa popularidad, en el sitio web de reventa Watchfinder, Cartier se encuentra ahora entre las cinco marcas más buscadas, por delante de Patek Philippe. Allí, un sencillo Cartier Tank de acero inoxidable cuesta alrededor de 4,200 dólares, mientras que un Santos ronda los 6,300 dólares.

Desde su creación hace más de un siglo, el aspecto del Cartier Tank, al igual que el del Santos, se ha mantenido estable, anclado en elementos de diseño clave como sus siluetas distintivas, coronas de zafiro y agujas en forma de flecha. “Si buscas relojes clásicos que realmente hayan resistido el paso del tiempo, Cartier es bastante difícil de superar”, afirma Jack Forster, autor del libro Cartier Time Art: Mechanics of Passion y director editorial de WatchBox, expertos en reventa. “La mera longevidad del diseño, prácticamente inalterado durante más de 100 años, tiene mucho que ver con la atracción de la que goza el Cartier Tank en estos momentos”.

A lo largo de los años, el diseño del Cartier Tank se ha modificado de muchas maneras: se ha alargado y estrechado en el Tank Américaine, se ha adornado con una correa metálica en el Tank Française, se ha alimentado con energía solar y una correa vegana en el SolarBeat. “Cada iteración o variación gira en torno a la iconicidad de este reloj único”, explica Franco Cologni, autor de The Cartier Tank Watch, cuya versión actualizada saldrá a la venta en febrero. “Más inclinadas a la moda, o más destinadas a resistir la prueba del tiempo, estas variaciones —como en una sonata de Johann Sebastian Bach— refuerzan el tema principal”

Esto se aplica incluso a relojes como el Square Incurvée, una interpretación del Cartier Tank con los lados verticales curvados que se creó por primera vez en los años sesenta. Aunque su silueta es un poco diferente a la de un Tank típico —más suave y un poco menos discreta—, sigue siendo innegablemente un Cartier Tank, y su diseño está inmutablemente ligado al estilo original de 1919.

Así se renuevan los iconos

Para Cartier, decidir cómo actualizar o reintroducir un reloj heredado es una cuestión de gustos de los clientes y del espíritu de la época. Pierre Rainero, director de imagen, estilo y patrimonio de Cartier, explica que la maison se cuestiona: “¿Tenemos la sensación de que es posible crear una variación a partir de esa forma original que pueda ser aún más relevante que la anterior?”

El Santos, por ejemplo, venía originalmente con correa de piel, y así permaneció hasta los años 70. “Nos dimos cuenta de que la gente no tenía la misma vida”, dice Rainero. “Querían el mismo reloj de la mañana a la noche, con una idea de elegancia en todas las circunstancias diferentes: en el trabajo, en el almuerzo o incluso jugando tenis, durante un cóctel y también por la noche. Así es como tuvimos la idea de combinar esa caja original con un brazalete metálico inspirado en la propia caja”.

El Panthère, que se presentó por primera vez en 1983 y se dejó de fabricar en 2004 y se reeditó en 2017 con pequeños cambios: “Solo hemos rediseñado el brazalete para hacerlo aún más sólido, aún más fluido, con técnicas que no teníamos a principios de los 80”, explica Rainero.

Y luego está el Cartier Crash, un peculiar reloj Cartier que fue presentado por primera vez en 1967 por Cartier Londres, durante un periodo a finales de los 60 y principios de los 70 en el que la sede de la marca en Bond Street lideraba relojes de diseño propio en lugar de limitarse a llevar creaciones nacidas en París. Los relojes de Cartier Londres son ciertamente diferentes —en muchos casos, como el Crash, los diseños parecen relojes clásicos reinterpretados por un surrealista— pero también son, de alguna manera, inconfundiblemente Cartier.

“No creo que sea casualidad que hayan nacido allí”, dice Rainero, “nacen en un contexto que es muy específico: hay una atención específica a la elegancia entre los hombres en Gran Bretaña. Además, no olvidemos que ese periodo fue muy específico para el mundo en general, pero para Londres en particular”.

Los precios del Crash se han disparado recientemente. A principios de este año, un Crash de 1967 se subastó en el sitio Loupe This por 1.65 millones de dólares.

Cartier acaba de lanzar una versión actualizada de otro reloj creado por Cartier Londres, el Pebble. Presentado originalmente en 1972, el reloj comparte el aire extravagante del Crash, con números romanos que parecen vistos a través de un caleidoscopio. Lanzado en una edición limitada de 150 ejemplares, el Pebble ha sido actualizado con un nuevo movimiento: el movimiento mecánico Manufacture 430 MC, uno de los más finos de Cartier.

El favorito de las estrellas

A lo largo de su historia, el Cartier Tank ha tenido muchos admiradores de alto nivel: desde actores como Cary Grant y Humphrey Bogart hasta escritores como Truman Capote, pasando por el diseñador de moda Tom Ford antes de que lanzara su propia marca de relojes. Jacqueline Kennedy Onassis fue famosa por llevar un Cartier Tank, que siempre se ha comercializado como unisex. Y desde su aniversario número 100, los relojes de la marca también han sido pilares de la alfombra roja: entre los actuales embajadores de la marca figuran Paul Mescal y Rami Malek, así como Troye Sivan y Jackson Wang. Las numerosas iteraciones actuales del Cartier Tank han contribuido a ampliar su atractivo.

“Hay un Tank para cada persona”, afirma Beth Hannaway, responsable de Alta Relojería y joyería de Harrods, “desde el ingeniosamente sencillo Tank Must hasta el icónico Tank Louis Cartier y la famosa creación Tank Française de los años 90. Los códigos de diseño son instantáneamente Cartier, pero hay tanto espacio para la expresión personal”.

Esto se aplica tanto a los Cartier Tank menos caros —que se pueden adquirir a partir de 2,500 dólares por un reloj de cuarzo de acero básico—, como a las opciones más caras. “Uno tiene la sensación de estar recibiendo algo que se ha pensado tanto como un modelo mecánico de metales preciosos mucho más caro”, afirma Forster, “pero sin sentir que se es condescendiente con él”.

El creciente éxito del Cartier Tank bien podría tener que ver con un cambio en los gustos de los consumidores hacia relojes más refinados: “En términos de relojería, el aspecto deportivo ha sido muy fuerte, pero la nueva generación quiere algo más”, dice Rainero.

En consecuencia, la marca se ha centrado en ofrecer relojes que abrazan la tendencia a lo discreto e inesperado, ya sea la esfera verde oscuro de un reciente Tank o, este año, el regreso de la rejilla metálica frontal en el Pasha de Cartier. Estos diseños han ayudado a Cartier a atraer a lo que Rainero llama “la nueva generación”: los coleccionistas más jóvenes y las celebridades que descubren su legado y su estilo único por primera vez.

“Realmente conocen muy bien los intereses de los clientes a la hora de dar forma a esta nueva imagen de marca”, afirma Arjen van de Vall, Director General de Watchfinder & Co. “En los últimos años han tomado decisiones acertadas sobre qué líneas construir y dónde invertir”, añade, “se han renovado y reposicionado en el mercado, y eso ha sido acogido con entusiasmo”.

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