Los salones de belleza y peluquerías tendrán este año un mayor protagonismo, pero con formatos más pequeños, para poder generar rentabilidad.
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Los salones de belleza y peluquerías tendrán este año un mayor protagonismo, pero con formatos más pequeños, para poder generar rentabilidad, debido a que ahora las personas destinan menos dinero a ciertos gastos (por la inflación en el país).
Salones más pequeños
De acuerdo a Gabriela Bohl, analista y consultora de salones de belleza, antes de la pandemia se alquilaba una casa de 300 m² con dos pisos, donde se ponía estética en el segundo nivel y en el primero la parte del cabello.
“Eso ya no está funcionando porque los gastos fijos, por el personal e inversión, son muy altos. En este tiempo, los formatos grandes se están dejando de lado porque resultan más rentables los salones que no pasan de los 100 m², es decir, espacios más pequeños, pero al mismo tiempo más productivos”, aseguró la analista a Gestión.
Además, la experta sostuvo que esa medida ayuda a que los empresarios paguen menos por alquiler, ya que pueden encontrar salones desde US$ 400 a más de US$ 1,000, dependiendo de la zona del distrito.
Indicó que están creciendo mucho las cadenas pequeñas, como Motivos, Anthony Arce, que ya tienen entre 10 y 20 locales cada uno.
“Los que tenían salones grandes, ahora empiezan a crecer con espacios más pequeños, con menos inversión. Además, el 80% de las personas nuevas que incursionan en este rubro no quieren grandes superficies, sino locales que van entre 40 m² a 100 m²″, explicó
Estilistas independientes
Bohl señaló que con la pandemia del COVID-19 se dio mucho impulso para que los estilistas realicen trabajos independientes.
“Ahí se dieron cuenta que resultaba igual o más rentable que trabajar para un salón, además, manejan sus propios tiempos; es decir, son sus propios jefes”, apuntó.
Ante este panorama de estilistas independientes, la especialista argumentó que para los dueños de salones de belleza se les complica la búsqueda de personal y también hay mucha rotación.
Además, manifestó que la dinámica de trabajo ha cambiado porque los estilistas quieren laborar por días u horas.
A modo de ejemplo, la consultora manifestó que ahora el personal es prácticamente quien antes de la entrevista presencial le pregunta por teléfono al dueño cuál es el día libre, dónde queda y cuánto paga.
“Antes los independientes eran el 5% del mercado, ahora están entre el 15% y 20% (del total de más de 50,000 trabajadores de este rubro) que van a domicilio con sus implementos portátiles porque la misma clientela lo acepta, ya que se sienten más cómodos”, aseveró.
El gran problema de los independientes es que genera más informalidad, ya que no emiten boletas ni facturas, anotó.
Barberías en crecimiento
La experta en marketing para centros de belleza comentó que las barberías en el Perú tienen un crecimiento que se mantiene y lo realizan en espacios pequeños de 50 m².
Además, Bohl subrayó que tienen otra metodología laboral, debido a que trabajan 50% del pago para ellos y la otra mitad le corresponde a la barbería.
“Los jóvenes barberos son arriesgados y saben que cumplirán sus metas con creces. Eso no pasa en los salones de belleza porque tienen miedo y quieren el sueldo fijo”, afirmó.
Precisó que una barbería se puede armar desde US$ 5,000 hasta US$ 40,000, dependerá del espacio y muebles.
Surquillo, Los Olivos y San Juan de Lurigancho, son los distritos populosos que cada vez aumentan las barberías, pero también en zonas residenciales como San Isidro, Miraflores se abren locales para los caballeros, acotó.
