Opinión: Llevar la vacuna a todo el planeta. El reto de las cadenas de suministro

Mujer con tapaboca y dibujos de covid 19

Apenas hace unas semanas, Rusia sorprendió al mundo y anunció el lanzamiento de “Sputnik V”, la primera vacuna contra COVID-19 que se comercializará en varios países con la esperanza de poner fin a la pandemia que ha marcado este año. Aunque organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), han pedido cautela en su uso y distribución, esta noticia marca el inicio de una carrera contrarreloj para asegurar el suministro del medicamento.

Por supuesto que el país europeo no es el único que ha desarrollado investigaciones para encontrar una vacuna contra el virus. China, Estados Unidos e Italia también han informado sobre los avances que han obtenido y en las próximas semanas, seguramente, darán a conocer sus propios medicamentos.


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El escenario aquí representa una tarea que compete -claramente- a las cadenas de suministro. La rapidez con que éstas logren llevar el medicamento a todo el planeta implica un objetivo que supera a cualquier propósito comercial: el de detener los contagios y salvar una mayor cantidad de vidas.

Paradójicamente, la “prisa” por encontrar una forma efectiva de inmunización frente al virus ha llevado al mundo a desarrollar estas vacunas en sólo algunos meses cuando, normalmente, esta tarea tomaría de cinco a 18 años tan solo en el desarrollo de pruebas e investigación para su lanzamiento al mercado.

Producir una vacuna: El primer desafío.

Alrededor de 35 compañías especializadas e instituciones académicas, en el mundo, están enfocando sus esfuerzos en encontrar un medicamento efectivo en contra del COVID-19. Luego de extensas pruebas en laboratorios y con pacientes voluntarios, se han dado a conocer importantes avances en las investigaciones.

Antes de que la vacuna pueda comercializarse, se requiere la aprobación regulatoria de organismos especializados en salud que validen su aplicación y resultados en la población; mientras eso ocurre, debe garantizarse una infraestructura con la capacidad de producir millones de dosis. Al respecto, cientos de agencias en todo el mundo, se preparan ya para esta tarea.

Sin embargo, hasta el momento, las vacunas que se han producido para otras enfermedades se han elaborado con fármacos desarrollados durante décadas. Ahora, tras pocos meses de investigación, las farmacéuticas deben disponer de miles de toneladas de materiales, personal y de un gran despliegue de capacidad de fabricación como nunca antes se ha visto.

De hecho, se estima que para vencer al COVID-19 es necesario que al menos el 60% de la población global sea inmune y para ello se necesitan unos cuatro mil 700 millones de dosis.

Aquí es necesario contar con lo último en tecnología que eficiente el proceso de producción, permitiendo visualizar y elegir los mejores proveedores de insumos para el desarrollo del medicamento. Las capacidades de la inteligencia artificial, como la que emplea LLamasoft, permite tener una visión precisa de aspectos como inventarios, transporte y planeación, de manera que ayuden en la predicción de la demanda.

También es necesario fomentar una integración de todos los eslabones que participan en su elaboración, con el fin de tener claro cuál es su papel; y también el nivel de optimización y previsión de disrupciones con los que cuentan.

Su distribución: Tarea para la logística y el transporte.

Trasladar una vacuna de un punto a otro, conlleva un esfuerzo importante. Al ser un producto perecedero, idealmente, la temperatura que requiere para mantener sus condiciones varía entre los 2 y 8 grados Celsius. Esto implica un dilema para las compañías farmacéuticas, que deben de contar con la cantidad de vehículos suficientes para transportarlas bajo estas condiciones.

Además, se presenta otro desafío: el de tener controles estrictos para su empaquetado y seguridad en sus traslados. A su vez, también se requiere transportar insumos médicos (como jeringas) para su aplicación, lo que conlleva a una coordinación con los gobiernos y proveedores locales.

Lógicamente, hospitales, farmacias y puntos de atención médica, serían los lugares prioritarios a los que habría que transportar la vacuna; sin embargo, el verdadero desafío está en lograr llegar a zonas rurales con puntos de acceso complicados, lo que trasciende en dificultades de entrega de “última milla”.

Afortunadamente, ya existen opciones tecnológicas para enfrentar estos desafíos. El Gemelo Digital, por ejemplo, resulta un recurso útil para analizar las diferentes rutas de transporte para la distribución en base a los focos de contagio; además, es una herramienta que sirve para elegir los proveedores de logística que cumplen con todas las capacidades de almacenamiento para trasladar el medicamento en el estado deseado.

Coordinación global: La receta para el éxito.

Bajo nuestra perspectiva, un esfuerzo coordinado entre gobiernos, organizaciones y empresas farmacéuticas llevará a una exitosa distribución global de la vacuna contra el COVID-19.  Como una firma especializada en tecnología que permite eficientar las operaciones y las cadenas de suministro, nuestro trabajo está en brindar las mejores soluciones tecnológicas que faciliten su flujo, con el fin de que llegue al lugar adecuado en el momento correcto.

Hoy somos conscientes del enorme esfuerzo que el personal científico hace para encontrar un medicamento capaz de poner fin a esta pandemia; y también, de los sistemas de salud que enfrentan con valentía y determinación su trabajo para salvar la mayor cantidad de vidas.

En LLamasoft sabemos de la enorme responsabilidad que se nos presentará antes y después de que las vacunas comiencen a comercializarse. Ahí, nuestra tecnología, talento y capacidades abonarán para que la distribución del medicamento llegue a más partes del planeta. Ese es nuestro compromiso y haremos todo por lograrlo.

 

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