Rompió su techo, supera los US$19.800 y hay quienes ya pronostican -incluso dentro del mundo «financiero tradicional»- que va por mucho más. El bitcoin subió 165% en 2020 y está en la mira de inversores grandes y chicos; PayPal anunció que se meterá en el juego multiplicando la demanda e incluso carteras institucionales le pusieron el ojo encima. Quienes descreían de él están cambiando de opinión.
Tom Fitzpatrick, gerente de Citibank, por ejemplo, dijo que podría superar los US$300.000 a fines de 2021 y estrategas de JPMorgan consideraron en un informe a sus clientes que el potencial de suba a largo plazo es considerable si compite intensamente con el oro como moneda alternativa. En lo que va de este año el metal aumentó cerca de 35% su valor, muy por debajo de la performance del bitcoin.
«Son muchos los factores que impulsaron la actual cotización. Algunos disparadores fueron la noticia de que PayPal incorporará criptomonedas en el 2021, otras fueron las inversiones institucionales y por supuesto que la depreciación del dólar ha influido en la demanda», explica de entrada Magdiela Rivas, gerente para Latinoamérica de Paxful, exchange de monedas digitales.
«Por ejemplo, el dólar respecto de una canasta de 10 monedas sostiene una marcada caída en los últimos meses en un promedio del 0,5 mensual debido a la impresión a discreción de la Reserva Federal, y muchos de esos dólares han terminado sin dudas en cripto», afirma la ejecutiva.
«Este año vimos el ingreso de muchos inversores institucionales al mundo cripto. Todo empezó con Paul Tudor Jones (administrador de fondos de cobertura) posicionándose de manera favorable sobre BTC desde principios de año. Recientemente, Bill Miller salió a hablar a favor también», razona Eduardo Arenas, director de Bitso Alpha, y agrega un dato que movió significativamente la aguja: «La gran diferencia la marca Microstrategy (una empresa norteamericana de software) cuando anunció que convertiría su tesorería entera de dólares a bitcoins. Según comunicó, invirtió alrededor de US$400 millones en la moneda digital», avanza Arenas.
La empresa explicó entre sus razones que «percibe un ambiente donde la inflación se puede volver una realidad por la cantidad de dinero que están imprimiendo los gobiernos alrededor del mundo para sobrellevar la crisis del Covid-19». En un contexto mundial que podría ser inflacionario, pero donde las tasas de interés en dólares son cercanas a cero, las monedas digitales ganan.
Una decisión similar anunció Square Cash, que es una aplicación de pagos móviles en los Estados Unidos, competencia de PayPal. Convertirían US$50 millones de su tesorería a bitcoin.
¿Qué hay detrás de la moneda digital pionera del mundo cripto? ¿Qué le da tanto valor a un activo que no tiene a un Estado poderoso por detrás ni una cartera de negocios exitosa (como sucedería con una acción)? Su principal activo, su principal valor -dicen los especialistas- es su propia tecnología revolucionaria. También el principio de escasez lo sustenta.
Mientras que las monedas fiduciarias (tradicionales) se imprimen por decisión de los gobiernos, el bitcoin fue creado con un límite máximo de 21 millones. Solo resta minar (el término que se usa para «crear» nuevos bitcoins u otras monedas digitales) el 12% del total de monedas que van a existir.
«El bitcoin cuenta con el gran diferencial de una emisión controlada, por lo tanto hay certeza de lo que va a ocurrir en ese sentido y eso resulta un valor en sí mismo. Uno sabe perfectamente que nadie puede devaluar la moneda porque es descentralizada y nadie tiene el control de la emisión», sostiene Matías Bari, CEO y cofundador de SatoshiTango.
Un pie en ese plato
La demanda se multiplica en el mundo y también en la Argentina donde se entra y se sale de la inversión en pesos (al tipo de cambio de contado con liquidación o CCL), pero existe la posibilidad de venderlo luego en un mercado extranjero convirtiéndolo a cualquier otra moneda tradicional.
Hoy 1 BTC cotiza en torno a $3 millones pero como es altamente fraccionable se puede empezar con inversiones mínimas de $1500 en la mayoría de los exchange, adquiriendo «centavos» de bitcoin. Empezar de a poco y tantear el terreno es siempre recomendable.
«La cotización está en pesos y en línea con los mercados internacionales, por el arbitraje. Es decir, el precio se mueve por oferta y siempre está equilibrado con la cotización del exterior», explica Matías Bari, de SatoshiTango.
Para comprar bitcoins el inversor puede optar por hacerlo en un exchange, abriendo una cuenta con sus datos y depositando previamente un saldo en pesos. «Una vez acreditados esos bitcoins se recomienda retirarlos a la wallet ya que la custodia de esas criptomonedas será absolutamente personal», aconseja Rivas, de Paxful.
Bari, de SatoshiTango, va inmediatamente a lo concreto. Al abecé de la operatoria para un pequeño inversor que no sabe demasiado del mundo cripto. «Una wallet es un hardware especializado que se compra en Mercado Libre o a través de una app en su celular. Funcionan de manera similar a cualquier home banking, uno tiene la posibilidad de enviarle criptomonedas a otra persona que le comparta su dirección (como sucede con el CBU bancario) e igual quien envía, la gran diferencia es que recibe el dinero en el celular sin transferencias, sin intermediarios», desgrana. Los criptoactivos también pueden guardarse o dejarse en custodia en los exchange o en lo que se denomina un «Banco de bitcoin».
Consultada sobre si es tiempo de entrar a bitcoin en este momento, aun después del rally alcista o no, Rivas, de Paxful, es contundente: «Si, por supuesto. Hoy todos los tenedores de BTC ya están ganando y se espera que en el mediano plazo continúe la tendencia alcista». El Bitcoin subió 160% este año.
«Respecto al riesgo -dice Rivas- la volatilidad es algo que caracteriza al bitcoin por lo que para muchos es un factor decisivo para no entrar, mientras que para otros es una oportunidad constante de comprar en baja y vender a precios máximos».
Largo plazo
Bari le levanta también el pulgar: «lo recomendamos como una inversión de largo plazo. En lo personal creo en los fundamentos detrás de esta tecnología. Al margen de bitcoin como activo volátil, que cotiza y que se comercializa todos los días en todas partes del mundo, el valor que tiene en sí mismo es la tecnología subyacente que permite la transferencia de valor de persona a persona por muy bajo costo en segundos. Hoy quizás no puedan ver ese valor, pero no sabemos hasta dónde puede llegar».
En cuanto a los riesgos de un activo que es de por sí volátil (es decir que su precio varía frecuentemente), Arenas, de Bitso, es muy claro: «La inversión en cripto tiene riesgos, es una tecnología todavía emergente, y es necesario decirlo, pero sin dudas vale la pena que las personas que tienen un portafolio de inversión se cuestionan si deben o no tener un porcentaje en bitcoin, sobre todo cuando las tasas de interés de otros activos son cada vez más bajas y observamos perspectivas de un mundo inflacionario». «No se trata de endeudarse para comprar bitcoins, hay que ser responsables y entender los riesgos de la volatilidad que tienen estos activos, pero mucha gente está decidiendo destinar hasta un 5% de su portafolio a criptomonedas», concluye el ejecutivo de Bitso.
