Nicolás Goldstein: La nueva forma de trabajar que nos dejó la pandemia

Nicolás Goldstein

Los líderes tomaron medidas drásticas para mantener el negocio y los empleados a salvo durante la pandemia, enviando a parte de su personal a trabajar desde casa y redoblando las soluciones tecnológicas para para mantenerlos productivos. Miles de millones de personas en todo del mundo cambiaron su forma de trabajar de la noche a la mañana. Muchas empresas abordaron estos cambios como soluciones a corto plazo para un problema temporal. Pero en realidad, son parte de una solución a largo plazo. Después de esta crisis, nadie va a volver a trabajar como lo recordaba. Más bien, las organizaciones y los empleados se están moviendo hacia un nuevo futuro, uno en el que el trabajo se puede hacer desde cualquier lugar.

Muestra de esto, son los resultados del último estudio de Accenture, Techvision, para el cual encuestamos a más de 6.000 ejecutivos a nivel mundial, entre ellos chilenos. En el informe, 82% de los ejecutivos globales dijo que por el COVID-19 sus empleados enfrentaron el cambio en el comportamiento humano más grande de su historia, mientras 64% de los ejecutivos chilenos sostuvo lo mismo. En este contexto, las empresas enfrentan dos realidades: primero, que ha surgido una forma de trabajo híbrida, compuesta por trabajo presencial y digital. En segundo lugar, las estrategias eficaces para apoyar esta nueva realidad son ahora críticas para la diferenciación de las compañías.


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Las organizaciones líderes estaban avanzando hacia la descentralización de la fuerza de trabajo antes de la pandemia, con la vista puesta en beneficios como la capacidad de reclutar en lugares no tradicionales y ofreciendo a sus empleados más flexibilidad y libertad al momento de cumplir con sus funciones. El avance de las herramientas de colaboración a distancia y las tecnologías de control remoto durante la pandemia no ha hecho sino aumentar la eficacia y el potencial de este enfoque. Dentro de tres años, las organizaciones exitosas serán las que resistieron el impulso de hacer volver a todos a la oficina en favor de repensar su modelo de acuerdo con cómo evoluciona el mundo.

Las oportunidades para liderar abundan, y todas empiezan con la continuación de la transformación tecnológica que la pandemia aceleró. Las plataformas y herramientas de colaboración basadas en la nube tuvieron un crecimiento explosivo a medida que más trabajadores empezaron a quedarse en casa. Además, las organizaciones que dependen de las operaciones físicas se han movido en esa dirección también, con aparatos soportados con internet de las cosas, inteligencia artificial y la realidad extendida, tecnologías que ofrecen una visión más detallada de los lugares de trabajo físicos y permiten reducir el número de personas necesarias en el lugar al mismo tiempo. En este sentido, hay una importante oportunidad de mejora: sólo 39% de los ejecutivos chilenos dice que invirtió en herramientas para impulsar el trabajo colaborativo durante la pandemia. Sin embargo, la buena noticia es que las empresas chilenas son en la región las que más proyectan mantener el trabajo remoto durante este año, con un 88% de los ejecutivos locales afirmando que mantendrá este tipo de trabajo, lo que supera ampliamente el promedio mundial (77%) y regional (60%).

Pero el éxito en este nuevo futuro requerirá más que adoptar nuevas soluciones digitales a escala. Para obtener lo mejor de este nuevo modelo, las empresas tienen que pensar en toda la organización con una mirada diferente, reimaginar cómo su estrategia laboral puede apoyar y capacitar a sus empleados, y forjar una nueva cultura de empresa: cómo colaboran los empleados remotos, qué trabajo se hace mejor en qué lugares, y cuál será el propósito de las de las oficinas físicas.

El equilibrio adecuado será diferente para cada organización. Cada trabajador individual también tiene sus propias necesidades y las tecnologías que adopten las empresas también variarán. Pero una cosa es cierta para todos: los líderes que tendrán éxito en los años venideros serán los que se inclinen hacia el impulso del valor, creando organizaciones conectadas creativamente con la tecnología para ser capaces de innovar desde cualquier lugar.

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