«La necesidad de velocidad», es el tema que nos propone Roberto Busel, Presidente del Consejo de Administración NMC Chile en NMC sa.
La velocidad es un verdadero superpoder para cualquier empresa y la única forma de estar preparado para un mundo de cambios rápidos. Lograr velocidad significa devolver el poder a las personas, permitiéndoles tomar decisiones y eliminando niveles jerárquicos entre la alta dirección y las líneas del frente. Algunas formas de hacerlo pueden incluir formar equipos más pequeños y multifuncionales que persigan sus propias ideas y obtengan un presupuesto para ellas; proporcionar claridad sobre quién toma qué decisiones y cómo; utilizar modelos inspiradores a seguir para encarnar ideas específicas de manera significativa y visible; ofrecer una narrativa de cambio adaptada a cada situación; y eliminar reuniones, eventos y viajes innecesarios para permitir que las personas se centren en lo que realmente importa.
Humanos y máquinas: cuando la tecnología aumenta nuestras capacidades
Al aproximarse estrechamente al comportamiento humano, la IA podría reemplazar potencialmente algunas funciones. Sin embargo, su mayor poder radica en trabajar en conjunto con la intervención y el aporte humano, esencialmente mejorando las capacidades de las personas y permitiéndoles realizar el trabajo más rápido y mejor. Esa ha sido la historia más importante de la tecnología en los últimos cientos de años, desde la máquina de vapor hasta el ordenador personal.
El cambio tecnológico requiere un cambio organizacional. La IA puede mejorar las formas de trabajo, como cuando un sistema completamente integrado gestiona el presupuesto, la facturación, el seguimiento del tiempo y la programación de reuniones, o incluso ordena el almuerzo para los empleados cuando escanean su entrada al edificio.
Para mantener una motivación fuerte en toda la empresa, no es suficiente que los CEO y sus equipos se enfoquen en retener y motivar a los mejores empleados de hoy; tendremos que revisar y mejorar las propuestas de valor para los empleados y adaptarlas para todos. Eso significa enfocarse en las cosas que les importan a las personas en diferentes niveles de la empresa, especialmente aquellos en la gerencia intermedia.
Un nuevo estilo de liderazgo
Los líderes deben pasar de ser simplemente gestores que buscan mejoras incrementales a convertirse en visionarios con el coraje para crear un propósito, imaginar y perseguir el futuro. Las antiguas jerarquías del pasado están desapareciendo, reemplazadas por redes de equipos autónomos que trabajan juntos en un entorno coordinado en lugar de controlado. El pensamiento estratégico profundo, la exploración y la conexión social son las nuevas palabras clave de gestión en nuestra era. La adaptación implica tener un conjunto de herramientas de preparación de respaldo: personas, planes, respuestas, ideas, posibilidades, actitudes y equipos que te permitan construir soluciones rápidamente.
