La empatía en el marketing va más allá del componente emocional que envuelve el
concepto de una campaña publicitaria; es uno de los pilares fundamentales en la creación
de contenidos. Permite a los creadores ponerse en los zapatos del consumidor, de las
personas que se van a beneficiar del producto o servicio que se les estás ofreciendo. No se
trata de crear una necesidad, sino de ayudar a tu público a tomar una decisión que impacte
positivamente en su vida a corto, mediano y/o largo plazo.
En un mundo lleno de opciones, cada vez es más importante crear contenidos de valor que
capten la atención de los clientes potenciales, incrementen las ventas y mejoren el
posicionamiento de marca. Es aquí donde las neuronas espejo hacen la diferencia.
¿Qué son las neuronas espejo?
Empíricamente sabemos que los bostezos son contagiosos, ¿cierto? Ves a una persona
bostezando y automáticamente sientes la necesidad de hacerlo también. Es probable que al
pensar en esto te hayan dado ganas de bostezar. Así funcionan las neuronas espejo:
cuando se observa a otra persona realizar una acción, estas se activan permitiendo que
conectemos con ellos mediante la repetición.
Este tipo de células han sido la base de múltiples estudios sobre la relación entre el
lenguaje e imitación de gestos y sonidos, pues son imprescindibles en el desarrollo de
nuestra vida social. Aunque la investigación continúa, podemos inferir que no hace falta ver
a otra persona de frente para sentir la necesidad de imitarlo, incluso nuestra imaginación
puede ser suficiente (esto explicaría el efecto de las afirmaciones positivas).
Neuronas espejo y neuromarketing
El neuromarketing estudia el comportamiento del cerebro ante diferentes estímulos, nos
permite conocer las frustraciones, deseos, ambiciones y motivaciones del consumidor. Es
con esta información con la que podemos potenciar nuestras estrategias haciendo uso de
las neuronas espejo.
A pesar de que nos pueden ayudar para influir en el proceso de consumo de nuestro público
objetivo, también pueden causar un efecto contraproducente. Por ejemplo, si visitamos una
tienda y el encargado de atenderla no tiene una actitud positiva, es muy probable que
nuestra experiencia sea negativa; en cambio si el personal está de buen humor en todo
momento, las neuronas espejo serán las encargadas de que veamos ese proceso de
consumo como algo positivo.
En el campo del marketing de contenidos, las neuronas espejo pueden influir desde las
palabras que utilizamos, hasta el arte que acompaña un post en Facebook; los colores, las
acciones que realizan las personas en las fotos, incluso cómo escribimos el mensaje y las
sensaciones que provocamos.
Hoy en día, un contenido digital tiene el poder y potencial de una visita a una tienda física.
Incluso las publicaciones con emojis tienen un impacto muy distinto en comparación a las
que no las tienen. ¿Quieres vender ropa casual por internet? Probablemente un par de
emojis te ayuden a generar visitas a tu sitio, y un video de 15 o 30 segundos con modelos
usando las prendas, ayudarán a que tus clientes realicen una compra. Si te dedicas a
vender trajes, probablemente lo que te puede convenir es mostrarte con sobriedad ante tu
audiencia.
Para concluir, me gustaría resaltar que para crear contenidos que exploten el potencial de
las neuronas espejo, se requiere de sensibilidad y empatía; estas dos cualidades nos
permiten saber qué necesita ver nuestra audiencia para querer conectar con la marca, su
filosofía, sus valores y los beneficios que pueden obtener al crear esta conexión.
