La ciberseguridad pasó a ser una preocupación a nivel mundial y es algo a lo que no podemos estar ajenos como país. Un caso reciente fue el ciberataque que ocurrió contra varios sitios web del gobierno ucraniano y que tiene a los países europeos en vilo por el trasfondo político con Rusia. La exposición a un ciberataque hoy es inminente y el desarrollo de la inteligencia artificial ha jugado un papel clave, ya que ha “profesionalizado” los hackeos. Resulta impostergable el proyecto de ley que crea la Agencia Nacional de Ciberseguridad y la actualización de la ley de delitos informáticos para poder afrontar como país este tipo de amenazas.
Según cifras de la PDI, en nuestro país durante el año 2021, aumentaron en un 45% los ciberdelitos y más de 10 mil casos tuvieron un denominador común: internet, donde las redes sociales y páginas web concentraron las denuncias. Lamentablemente, no es suficiente contar con las mejores herramientas de seguridad o capacitar a miembros específicos de una organización, sino que es necesario educar a todos los que participan de alguna forma en la creación, puesta en marcha y operación de productos digitales, así como también a los usuarios finales para que no caigan en ataques.
La ciberseguridad es un tema cultural que debemos incorporar en las organizaciones de manera urgente y progresiva para lo cual se requiere un marco regulatorio sólido que inste el avance en esta materia.
Por Hans Findel, CTO de Acid Labs
