Está muy claro que tenemos que frenar el cambio climático y que una de las herramientas importantes es la apuesta por las energías renovables, no sin antes apostar por el ahorro energético. Tenemos que concienciarnos que tenemos que gastar menos energía y hacerlo desde la escuela, pasando por los hogares y con el ejemplo de las instituciones públicas, cosa que no se hace lo suficiente.
Para crear las herramientas para las renovables, contaminamos, de ahí que las sociedades modernas tenemos que seleccionar escrupulosamente los proyectos de energías sostenibles que elegimos. De esto se habla poco, pero cada vez habrá que hacerlo más.
Las energías renovables son también un gran negocio, que se está quedando en España y en Canarias, en pocas manos. Vamos en las grandes empresas eléctricas o en grandes grupos empresarias. En las islas, las pequeñas empresas tienen que unirse si quieren optar y sobre todo si quieren quedarse con una parte del pastel. La mayor parte de nuestras empresas se están quedando fuera. Las autorizaciones de los proyectos o la normativa están frenando que se socialice el negocio. Además de las trabas legales para su desarrollo que está impidiendo que avancemos de forma más rápida en el crecimiento del porcentaje de renovables en las islas. En Canarias seguimos a la cola del estado en renovables.
Ayer el gobierno de España aprobó 302 millones de euros, ahí es nada, de fondos europeos para la descarbonización de las islas y el presidente Torres espera que se ejecuten todos antes del 2026 y se presenten las convocatorias antes del final de este año. Espero que así sea, como si tiene que usar a las cámaras de comercio.
Las instituciones y sobre todo el gobierno central tienen que evitar la concentración del negocio de las energías renovables en pocas manos, y para eso tiene que cambiar las formas y el fondo. Lo pueden hacer, solo tienen que proponérselo.
