«Corporación: Más allá de la apariencia», es el tema que nos propone Carlos Vargas Vinatea, Director Ejecutivo de Grupo Alypex.
La edad, marcada por los años y evidenciada en los cabellos canosos, ha sido históricamente un símbolo de sabiduría y experiencia. Sin embargo, en el mundo corporativo moderno, los profesionales canosos enfrentan con frecuencia prejuicios que los relegan a un segundo plano en favor de sus colegas más jóvenes. A menudo se piensa que las canas no son compatibles con la innovación o la energía fresca que se cree aportan los más jóvenes. Sin embargo, esta perspectiva no solo es injusta, sino que también es miope.
A menudo se valora a los ejecutivos jóvenes por su energía y conocimiento fresco de las últimas tendencias. En muchas ocasiones, la elección de un profesional joven por encima de uno canoso puede estar impulsada por cuestiones económicas, ya que generalmente los más jóvenes tienen expectativas salariales más bajas. No obstante, la experiencia y el conocimiento acumulado de los profesionales de con más edad representan un tesoro inestimable para cualquier organización.
Los profesionales canosos han sido testigos de tiempos de bonanza y crisis. Han navegado por diferentes épocas, adaptándose a los cambios y superando obstáculos. Este aprendizaje les ha proporcionado una perspectiva única y valiosa, que puede ser crucial para la toma de decisiones en situaciones difíciles. Además, la experiencia acumulada les ha dotado de habilidades interpersonales y de liderazgo que son difíciles de adquirir en poco tiempo.
Por supuesto, esto no significa que los profesionales jóvenes no tengan un papel fundamental en la corporación. Al contrario, es esencial que las empresas acojan y formen a la nueva generación de líderes. Los jóvenes aportan una visión fresca y a menudo están más familiarizados con las últimas tendencias tecnológicas y de mercado. Pero deben ser vistos como complementarios a los profesionales de más edad, y no como sustitutos.
En un mundo ideal, las corporaciones reconocerían el valor de una fuerza laboral diversa en términos de edad. La sinergia entre el profesional canoso y el joven puede ser la clave del éxito corporativo. Mientras que el joven puede inyectar energía y nuevas ideas, el profesional canoso puede guiar, enseñar y proteger el camino ya recorrido, asegurando que la organización no repita errores pasados.
Las canas en la corporación deberían ser vistas como un sello de responsabilidad y solidez. Es un recordatorio de que la experiencia es invaluable y que la sabiduría no se adquiere de la noche a la mañana. En lugar de discriminar por la edad, las empresas deben abrazar la diversidad generacional y aprovecharla para su beneficio. Las canas, lejos de ser un símbolo de obsolescencia, representan la historia viva de la empresa y son una fuente inagotable de conocimiento y perspectiva.
