Por: Argenis José González Salas- Presidente de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Grandes expectativas surgen en ambas fronteras, por esta nueva reanudación de relaciones comerciales y diplomáticas entre Colombia y Venezuela, producto de un cambio de timón en la conducción del destino nacional de los vecinos, quienes nunca han debido romper relaciones porque en todo estamos hermanados, no sólo en la trillada historia recalcada por los conocedores del pasado, sino por una realidad fronteriza, donde los nacionales y demás ciudadanos cruzan de un país a otro, generando vínculos de negocios y actividades inevitable, donde ni siquiera la supuesta ruptura formal de relaciones, produjo ninguna suspensión de vínculos, porque siempre se pasaba de un lugar a otro, sea legal o ilegalmente.
Por otra parte, se podría considerar negociar esos vínculos, como parte del interés ciudadano, con la protección que debería acobijar el paso transitorio entre un territorio a otro, y se corrijan los tremendos errores migratorios que existen, porque han existido siempre. No sólo es volver a pasar para comprar más barato de un lado para pasarlo al otro, también hará falta el control de la delincuencia, la guerrilla, el hampa común, los secuestros, el robo de vehículos y mercancías, las invasiones y construcciones ilegales, el narcotráfico, entre muchas falencias.
Tremenda la responsabilidad de quienes deben desarrollar las ideas de esa nueva sociedad fronteriza, que ojalá pueda ser guiada con sensatez, prudencia, y sobre todo con métodos realmente diplomáticos donde se traten los vecinos con sinceridad y apego hacia el bien común. Veremos que sucede en esta nueva realidad, y sobretodo que no se repitan los vicios y malas costumbres del pasado.
