«Algunos empleados están destruyendo valor, otros creándolo. ¿Conoces la diferencia?», es el tema que nos propone Willem F. Schol, Presidente de América Retail.
Este es un tema que en lo personal me hago una autocrítica al no lograr que abordamos este tema lo suficiente en los directorios en que participo o empresas a las que asesoro. Lo que me lleva a esta autocrítica es un reciente artículo que leí sobre un nuevo estudio realizado por McKinsey que revela que en todas las organizaciones existen empleados que están creando valor para la empresa, mientras que otros están destruyéndolo. La diferencia entre estos dos grupos radica en su productividad y su capacidad para innovar.
Los empleados que crean valor son aquellos que generan ideas, impulsan la innovación y mejora continua, y se esfuerzan por alcanzar altos niveles de desempeño y excelencia en la ejecución de sus planes de negocio. Estos empleados son considerados «constructores de valor» y tienen un impacto significativo en el crecimiento y éxito de una organización.
Por otro lado, los empleados que destruyen valor son aquellos que no cumplen con los estándares de desempeño, carecen de motivación y no aportan ideas o soluciones a los problemas. Estos empleados son considerados «destructores de valor» y pueden tener un impacto negativo en el rendimiento general de la empresa. Son un ejemplo del grave problema de resistencia al cambio que sufren muchas organizaciones.
Es esencial que los líderes y gerentes identifiquen a los constructores de valor y a los destructores de valor en su organización. Esto se puede lograr mediante la medición del rendimiento individual, la evaluación de la contribución de cada empleado y el monitoreo de su nivel de compromiso y motivación.
Una vez que se identifica a los empleados que están destruyendo valor, es importante tomar medidas para abordar esta situación. Esto puede incluir brindar capacitación adicional, establecer metas claras y proporcionar incentivos para mejorar el desempeño. Así como buscarle una salida honrosa a quienes a pesar de cualquier esfuerzo no lograrán cambiar. También es fundamental fomentar una cultura de innovación y motivación en toda la organización.
Si no lo han hecho aún, les recomiendo que traten en sus directorios o con sus equipos gerenciales la necesidad de trabajar en distinguir entre los empleados que están creando valor y los que lo están destruyendo.
