Llegamos al 2020 y una nueva década abre lugar a vivir el futuro. El tiempo es cada vez más escaso y, por ende, más valioso para las personas y empresas, por lo que las tecnologías tienen que ser facilitadoras de las tareas del día a día.
Es por esto, que haciendo foco en las gestiones holísticas de la experiencia del consumidor, es sumamente alentador contar con procesos logísticos que sean óptimos para agilizar los flujos del trabajador y del cliente, los cuales obligaron a las empresas a conocer los avances en las nuevas tecnologías para apalancar profundos cambios en el retail físico y en el virtual de cara a este año.
Según el “Estudio sobre el Futuro de la Operación Omnicanal” de Zebra Technologies, el 33% de las compañías de logística utilizarán tecnología RFID, mientras que para el 2028 se espera que alcance el 91%. Gran parte de este crecimiento puede atribuirse a la necesidad de lograr la disminución de carga de trabajo y tiempo para sus empleados en tareas como: la gestión de inventarios, el seguimiento de activos con su ubicación instantánea, el seguimiento del personal, el control de acceso a áreas restringidas, identificaciones, gestión de la cadena de suministro, entre otras.
Si bien este sistema de identificación por radiofrecuencia ya se utilizaba en la Guerra Fría para detectar la ubicación de los opositores, hoy es tendencia en el mercado como resultado de esta economía moderna y personalizada. Al igual que los códigos de barras, las etiquetas RFID pueden usarse para identificar rápidamente un objeto o varios elementos, pero con la particularidad de que estas pueden escanearse automáticamente y a grandes distancias gracias a la captura de datos por medio de antenas instaladas. En este sentido, se implementa sin la necesidad de una línea de visión directa, almacenando y transmitiendo una cantidad superior de datos.
Aunque es utilizado por diferentes razones, algunos de los beneficios de mantener el tracking de los recursos con RFID tienen que ver con la optimización de procesos logísticos, desde la fabricación de un producto hasta la recepción en un punto de venta y, con ello, la gestión de inventarios. También, mejora los resultados al final del día, pudiendo mitigar los incidentes y reducir responsabilidades, lo que se traduce en una mejor atención al cliente. Además, localiza e identifica objetos extraviados en un depósito o recursos desperdiciados y reduce los tiempos operativos del negocio, minimizando errores en la facturación.
Un ejemplo de un impacto significativo de RFID lo encontramos en Kevingston, marca reconocida de ropa para hombres, mujeres y niños. La compañía adoptó la tecnología RFID de Zebra implementando la solución Smart Retail de nuestro Partner Telectrónica, logrando contabilizar más de 200 prendas de ropa en 20 segundos y con sólo dos personas, mejorando la confiabilidad de sus inventarios, volviendo aún más simples sus procesos y logrando la satisfacción del cliente.
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