Marketing: Lecciones que dejó el 2020 al influencer marketing

Persona señalando logo rojo. Influencers

El ritmo al que se mueven las redes sociales es absolutamente trepidante. Si un año en la vida de una persona equivale a siete años en los perros, en las social media dejamos atrás épocas enteras en un lapso de apenas doce meses.

Y si no, para muestra un botón. Antes de Navidad casi nadie conocía por estos lares Clubhouse y actualmente se supone que esta red social de nueva hornada va a poner patas arriba el universo 2.0. Sin embargo, puede que en unos meses el fenomenal «hype» en torno a Clubhouse se haya diluido ya como un azucarillo.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

El frenesí es la norma en las redes sociales y de él es también inevitablemente deudor el influencer marketing, pero antes de meterse de lleno en 2021, ¿qué puede aprender esta disciplina de lo acontecido en el último año? Philip Papendiek, CEO de Intermate, responde a esta pregunta en un artículo para Horizont:

1. Las marcas deben tener el coraje de saltar al primer plano

El contenido patrocionado en las redes sociales goza de más aceptación que nunca. El engagement de las publicaciones pagadas en Instagram está a la par del alumbrado por los posts de naturaleza orgánica.

Así y todo, no pocas marcas (aconsejadas no pocas veces por sus agencias) enarbolan la bandera del «debranding» y se empeñan a jugar al escondite en las plataformas 2.0.

Apostando por la sutileza en sus acciones promocionales en las redes sociales las marcas buscan impregnarse de una mayor autenticidad, pero a menudo se desgajan tanto de sí mismas que el efecto promocional termina siendo absolutamente nimio en este tipo de acciones.

Es necesario que las marcas se atrevan a saltar al primer plano en los social media. Su visibilidad en estas plataformas no está reñido en modo alguno con la autenticidad que se le presupone al influencer marketing.

2. Nuevas plataformas, nuevos roles

TikTok brinda múltiples posibilidades a los creadores que no disfrutan aún de grandes comunidades de seguidores en otros canales. Se está gestando en este sentido un nuevo y competitivo mercado que se lo pone extraordinariamente fácil a las marcas para cobijarse bajo la sombra de rostros de nueva hornada en sus acciones de influencer marketing.

Pero también muchos creadores ya asentados en otras plataformas se están reposicionando en TikTok y asumiendo nuevo roles que no habían evidenciado en modo alguno hasta la fecha.

De esta forma, influencers vinculados originalmente al universo «high fashion» pueden abandonar temporalmente su aura de inmaculada perfección en Instagram para colgarse del brazo de los «memes» y del humor (incluso a costa de sí mismos) en TikTok.

3. La creatividad es necesariamente «social-first»

El tiempo volcado por el usuario en las redes social no para de pegar el estirón y en este nuevo contexto las marcas deben comenzar a pensar como si fueran creadoras.

En este sentido, las marcas deben nutrir sus canales 2.0 de contenido «social-first» con periodicidad diaria. Y la hora de definir sus procesos de producción y su calendario editorial deben ser forzosamente mucho más ágiles y más diligentes de lo que eran otrora.

4. Retención al poder

Puesto que la atención del usuario es cada vez más escurridiza en la red de redes, la lealtad acaba trocándose también en una importante ventaja competitiva.

Y teniendo en cuenta que el usuario no tiene ganas de perder su valioso tiempo en contenidos que no le enganchan a la primera, las marcas (y los influencers que tienen a bien colaborar con ellas) deben esforzarse en ir al grano y capturar la atención de su público objetivo casi en décimas de segundo.

5. Monitorización más exhaustiva de los influencers

Los influencers son hoy por hoy un pilar absolutamente crucial en las estrategias de marketing de no pocas marcas y su relevancia en el «marketing mix» debe ir acompañada necesariamente de mecanismos de seguridad para evitar que el sacrosanto «brand safety» quede eventualmente en entredicho.

Tales mecanismos de seguridad son esencial para cortar el paso a posibles crisis de reputación y también, cómo no, a las corrosivas y omnipresentes «fake news».

6. Calentando motores para el social commerce

Aun cuando el verdadero «boom» del social commerce no acontecerá previsiblemente hasta el año 2022, es ya más que evidente que esta disciplina tiene un próspero futuro por delante. Y en 2021 las marcas deberían armarse hasta los dientes con el último objetivo de prepararse para la cruenta y fragorosa guerra que se avecina en el ámbito del social commerce (que está estrenando, no en vano, múltiples funcionalidades en las plataformas 2.0).

7. La valentía tiene recompensa

Quienes tienen el coraje para posicionarse como «early adopters» de nuevas redes sociales o simplemente de funcionalidades de nueva hornada en estas plataformas son agasajados con elevados índices de alcance.

Los primeros en colonizar Clubhouse, por ejemplo, tienen a bote pronto mucho que ganar. Y también quienes se han subido ya al tren de Reels (la funcionalidad estrenada por Instagram el año pasado como respuesta a TikTok) están siendo recompensados con mayor visibilidad en esta plataforma.

8. Simplicidad y complejidad se dan la mano en la producción de contenidos

En las redes sociales la rapidez es un «must» y por esta razón el contenido debe ser necesariamente ágil (y a la fuerza relativamente simple), pero la celeridad inherente a las plataformas 2.0 no debe tampoco dinamitar la calidad del contenido, que deberá ser también excelso desde el punto de vista de la creación y la producción para destacar entre la multitud.

El contenido ágil y sencillo debe amalgamarse en las redes sociales con contenido de naturaleza más compleja y ribeteado de calidad.

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉