Cada vez son más las organizaciones que apuestan por IoT (Internet de las Cosas) para dar respuesta a las nuevas necesidades de clientes y del propio negocio. Las tecnologías de tracking, o seguimiento, son algunas de las que están contribuyendo a impulsar muchos negocios pese a ciertas reticencias que empiezan a desaparecer.
Si bien muchas industrias se han digitalizado en los dos últimos años para poder dar una respuesta ante la pandemia y los riesgos de la cadena de suministro, los sectores tradicionales están siendo más lentos, incluso reacios a adoptar tecnologías digitales. Entre ellos destacan especialmente el de la alimentación y las bebidas.
Esta reticencia a menudo proviene de una idea errónea de que las tecnologías digitales son demasiado difíciles de implementar, pero también por una falta de conciencia sobre las soluciones tecnológicas que cambian rápidamente y el valor real que pueden aportar a los negocios.
Para muchas empresas pertenecientes a estas industrias, las ineficiencias actuales no están muy claras y es fácil pensar que las tecnologías digitales no deberían ser una prioridad porque ya están vendiendo productos y bienes físicos.
LAS TECNOLOGÍAS DE SEGUIMIENTO DE IOT OFRECEN UNA FORMA ASEQUIBLE Y SENCILLA DE RESOLVER LOS DESAFÍOS MÁS HABITUALES
Sin embargo, entre estas industrias tradicionales hay disruptores que demuestran que, de hecho, la digitalización tiene un enorme valor.
Un área que se ha vuelto particularmente popular en los últimos años son las tecnologías de seguimiento basadas en Internet de las Cosas (IoT).
Hoy en día, para cualquier negocio que dependa en gran medida de la entrega y recolección de productos y/o de una cadena de suministro sólida para funcionar, las tecnologías de seguimiento de IoT ofrecen una forma asequible y sencilla de resolver los desafíos más habituales.
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