Innovación: Mujeres e innovación, la llave para alcanzar mejores resultados

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La revolución digital dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad acelerada exponencialmente por la pandemia. Los empleos ligados a ella serán los más demandados y los mejores pagos, al menos, durante las siguientes décadas. Por eso la importancia de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus iniciales en inglés), aunque aquí aparece el primer gran problema a solucionar: las mujeres están subrepresentadas en estas disciplinas, y las que las eligen tienen menos oportunidades que los varones de llegar a puestos de liderazgo.

El reciente estudio de Cippec Mujeres en STEM: cómo romper con el círculo vicioso, de Paula Szenkman y Estefanía Lotitto, señala que «aunque seis de cada diez universitarias en la Argentina son mujeres, representan solo 25% del total de quienes estudian ingeniería y ciencias aplicadas, y el 15% de las inscripciones en la carrera de programación».


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A su vez, el documento va más allá, detallando la base del problema: «las niñas y jóvenes se encuentran con barreras para orientarse a disciplinas STEM desde temprana edad: existen estereotipos de género que afectan su confianza e interés en el ámbito científico y tecnológico, y que llevan a que pocas lo elijan al momento de estudiar una carrera universitaria o insertarse laboralmente. Incluso aquellas que logran hacerlo enfrentan barreras que truncan sus trayectorias: las mujeres en la Argentina dedican en promedio el doble de tiempo a las tareas de cuidado que sus pares varones, la promoción está basada en normas y criterios de evaluación masculinos, y los estereotipos de género que moldean las creencias y expectativas hacia las mujeres hacen más difícil obtener logros y reconocimiento».

¿Puede un país como la Argentina perderse tantos talentos? ¿Cuál es la responsabilidad de un Estado en promover planes de educación superior que aseguren el futuro del país y de los y las estudiantes? ¿Llegó el momento de derribar los hábitos y costumbres ligados a los géneros? Los representantes de la economía del conocimiento y del sector STEM aseguran que sí. El desafío es lograr en cada industria una representación natural de los diferentes géneros (incluyendo los LGBTIQ+).

Analía Ramos, arquitecta de Software de IBM Spanish South America no despeja todas las dudas. «Si queremos ser competitivos, tenemos que aumentar la participación de mujeres en ciencia y en tecnología. Para tener una idea del impacto que generaría, el PBI en Latinoamérica aumentaría en 2,5 billones de dólares si la brecha de género estuviera totalmente cerrada en la región».

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