Las crisis representan todo un reto para la supervivencia de empresas y emprendedores debido a los cambios constantes que ocurren en el mercado. Según datos de BBVA, la tasa de cierre de empresas durante la crisis de 2008 fue de 2.3, y hoy en día por la pandemia es de 5.9. En una reciente encuesta de McKinsey, 85% de los ejecutivos encuestados consideraron que la crisis que estamos viviendo va a tener consecuencias en los hábitos del consumidor por al menos 5 años, y solo el 20% considera que su empresa tiene la capacidad de hacer frente a esta situación.
Debido al Covid, las industrias que dependían de contacto físico y personal, como los viajes y el entretenimiento, se han visto gravemente dañadas reduciendo sus ingresos hasta un 97%. Estas empresas e industrias se han visto en un callejón sin salida y sin la creatividad suficiente para hacer frente a un reto que nunca antes habían vivido.
Hoy en día todas las industrias han reducido sus esfuerzos de innovación (hasta en un 80%), excepto la industria farmacéutica. Y aunque puede ser muy difícil evolucionar e innovar durante las crisis, sabemos qué explorar nuevas oportunidades durante momentos de emergencia, suele dar resultados financieros muy positivos en el medio plazo.
Un estudio de Mckinsey identificó que las empresas que invirtieron en innovación durante la crisis del 2009, tuvieron 30% más de ingresos durante los 3 años posteriores con respecto a las empresas que no innovaron
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