Finanzas: Heinz celebra 150 años

Los amantes del kétchup tienen una razón para celebrar en 2019. HEINZ, fabricante del kétchup más vendido del mundo y de otros condimentos, cumple 150 años y celebra con un año lleno de sorpresas.

Comienzo temprano de HEINZ


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HEINZ no se convirtió en la marca que es hoy del día a la noche. En 1869, Henry John (“HJ”) Heinz fundó la marca en Pittsburgh, Pensilvania, en su búsqueda por hacer “algo común de manera muy poco común”. HJ Heinz no solo quería que la gente probara la calidad de sus productos, sino que lo viera. Utilizó frascos transparentes, en lugar de las botellas opacas marrones de uso común en ese momento, para mostrar la calidad y pureza de sus productos.

HEINZ también se convirtió en uno de los únicos fabricantes de alimentos en apoyar la Ley de Alimentos y Medicamentos Puros de 1906, que sentó el precedente para que otras compañías mantengan la calidad y la limpieza en sus fábricas. Porque ofrecer una calidad incomparable sigue siendo el núcleo de las creencias y prácticas de la marca.

Debido al compromiso de H.J. Heinz con el sabor y la calidad, producía más de cinco millones de botellas de Kétchup HEINZ al año en 1906. La marca HEINZ ha mantenido ese firme compromiso con la calidad y 150 años después, se venden aproximadamente 650 millones de botellas de HEINZ Kétchup por año.

A destacar de HEINZ

Desde el principio, HEINZ siempre amó sorprender y deleitar a sus fanáticos:

  • Emprendedor de cosecha propia. H.J. Heinz se hizo un nombre a los ocho años, cuando comenzó a vender productos del jardín de su madre.
  • Lo primero que hubo fue… ¿rábano picante? Contrariamente a la creencia popular, el kétchup HEINZ no fue el primer condimento vendido por la compañía. H.J. Heinz inicialmente embotelló y vendió rábano picante utilizando la receta de su madre en 1869.
  • El Kétchup venció a la ampolleta. El kétchup HEINZ hizo su debut antes de la invención de la bombilla por Thomas Edison (1879), la finalización de la Torre Eiffel (1887) y el primer vuelo de los hermanos Wright (1903).
  • Encurtidos por millones.En la Feria Mundial de Chicago en 1893, el stand de H.J. Heinz estaba lejos de las principales atracciones, por lo que tuvo que encontrar una manera de convencer a la gente de que pasara. Atrajo a los visitantes a través de un sorteo y entregó casi un millón de pasadores de pepinillos, inspirados en el empaque kétchup HEINZ de ese entonces. Este fue considerado como uno de los mejores trucos publicitarios de la historia.
  • Publicidad a la altura. HEINZ instaló la primera cartelera electrónica en la ciudad de Nueva York (un pepinillo de 13 metros a seis pisos de altura) en 1900. Estaba ubicado donde ahora se encuentra el famoso Edificio Flatiron.
  • Kétchup en el espacio.El Kétchup HEINZ fue aprobado por la NASA en 1999 para su uso en la Estación Espacial Internacional y continúa siendo el condimento ideal para las comidas galácticas.
  • Tomates como ningún otro.El sabor superior y la calidad del kétchup HEINZ comienza con sus tomates. La marca cultiva tomates a partir de semillas patentadas, lo que brinda la mejor dulzura y genera el grosor perfecto en cada botella de Kétchup HEINZ.
  • De nuestra familia a la tuya. Además de Kétchup, la marca ha ampliado su familia de condimentos para incluir otros favoritos como la Mostaza HEINZ, Mayonesa HEINZ y la Salsa Barbacoa HEINZ, inspirados en las mejores regiones de barbacoa de Estados Unidos.

HEINZ continúa defendiendo el legado y el compromiso de H.J. Heinz con la calidad en cada producto que ponen en su mesa asegurándose de que:

  • Los agricultores que cultivan tomates HEINZ, muchos de los cuales lo han hecho durante generaciones, están comprometidos con el más alto nivel de calidad. HEINZ sabe que el kétchup en su mesa es tan bueno como el tomate del que proviene.
  • Cada tomate HEINZ en cada botella de kétchup HEINZ se selecciona cuidadosamente por su calidad y color, dándole el delicioso sabor espeso y rico que lo caracteriza.
  • Hasta el día de hoy, se puede encontrar una marca “57” en la mayoría de los productos HEINZ. En la icónica botella de vidrio, el grabado está destinado a ser el lugar perfecto para golpear y disfrutar del kétchup que se derrama a la velocidad máxima de: 0.045 kilómetros por hora.
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