El auge de las ventas on line pone en jaque la costumbre muy extendida en nuestro país de pagar en efectivo. Plásticos y e-wallets ganan terreno porque los consumidores los perciben como muy buenos aliados a la hora del financiamiento y la planificación de los gastos.
El 60 % de los consumidores argentinos afirma que sus ingresos se han visto afectados por el aislamiento social impuesto para atenuar los contagios de coronavirus, en tanto un 24% espera que ello suceda en el futuro inmediato, según el Barómetro COVID-19 de Kantar.
Hay también un alto porcentaje (77%) que cree que la economía no se recuperará rápidamente, lo que va en línea con la caída que la consultora registró en marzo en su acostumbrado Indice General de Expectativa Económica (-13% respecto de febrero).
“Esta situación pone en primer plano la necesidad de agudizar el control de las finanzas y de la economía. Hay un 85% de los consumidores que cree que la situación exige ser más proactivos”, explica Julieta Dejean, e-Commerce Leader de la División Insights de Kantar
Con los consumidores ávidos de controlar mejor sus finanzas y con las compras on line en la cresta de la ola por el coronavirus ganaron terreno los medios de pago electrónicos (tarjetas de crédito, débito y billeteras virtuales).
Estos ofrecen dos aspectos positivos en la visión de los consumidores: alternativas de financiamiento y la posibilidad de mejorar el control de gastos y de también de planificarlos.
En el caso de las billeteras móviles, tuvieron un primer impulso el año pasado, cuando 6 de cada 10 argentinos declaraban usar e-wallets para realizar alguna transacción, aunque eran utilizadas sobre todo para pagar servicios y recargas de celular o de la tarjeta de viajes SUBE
Todo cambió con este contexto donde el manejo virtual cobra protagonismo en múltiples aspectos de la vida. Las funcionalidades de los medios de pago electrónicos generan una adhesión fuerte: 76% de los consumidores que los prefieren refieren que los seguirán usando en lugar de volver al efectivo cuando la situación se normalice.
“La cuarentena nos llevó a adoptar nuevos hábitos y a abandonar otros con una velocidad que nunca hubiéramos imaginado. Lo interesante es detectar cuáles de esos hábitos llegaron para quedarse. Si consideramos además que el 40% de los consumidores dice que incrementarán sus compras on line (que en su mayoría se pagan por medios electrónicos), entonces la adhesión a estos métodos de pago parece ser uno de esos cambios que no tendrá vuelta”, concluye Dejean.
