Según publica el portal Trade y Retail
Ser o no una empresa de impacto positivo ya dejó de ser una opción.
Las inversiones de impacto y las inversiones socialmente responsables están transformando el mundo de los negocios; y, justamente, es esto mismo lo que hace que las marcas se vean examinadas cada vez con una lupa de mayor aumento en lo que tiene que ver con el impacto positivo que son capaces de generar.
“Por lo tanto, nos encontramos frente a un verdadero tipping point donde ya no sólo tenemos a los consumidores, a los stakeholders y a toda la comunidad -incluyendo a los propios colaboradores de la empresa- reclamado la existencia de un propósito activo, sino que también, desde este nuevo enfoque, tendremos a nuestro CFO, junto con los shareholders y todo el sector financiero», señala un estudio de la consultora Quiero.
El autor Andrew Winston en su último artículo “Lo que se pierde cuando se habla de ESG y no de sostenibilidad”, lo plantea de manera elocuente cuando se hace la siguiente pregunta ¿por qué creen que están los inversores en la mesa ahora? (Wiston, 2022).
Según Andrew, habría tres razones principales:
1. En primer lugar, la naturaleza del riesgo sistémico que plantea el cambio climático es cada vez más clara. Las sequías, las inundaciones, los incendios y las tormentas que destruyen comunidades y perturban las cadenas de suministro son difíciles de ignorar. Están creando costes reales para las empresas, y los reguladores se están moviendo rápidamente para obligar a las empresas a entender e informar sobre los impactos materiales de los riesgos relacionados con el clima en sus operaciones y estrategias.
2. En segundo lugar, los inversores están sintiendo la presión de sus grupos de interés. Andrew comenta como en 2019, habló en un evento para clientes adinerados de un banco multinacional. El jefe global de patrimonio privado del banco hablando sobre una encuesta realizada, apuntó que el tema número 1 que les importaba a sus clientes de patrimonio privado ya no era algo como la planificación patrimonial o la combinación de carteras; más bien, era la inversión de impacto y los ESG. Parece que los miembros más jóvenes de las familias ricas dicen a sus abuelos: “Vale, tenemos mucho dinero, pero ¿para qué?”.
3. Por último, la mayor razón es la oportunidad económica. El cambio a la economía limpia se está acelerando, y están en juego mercados de varios billones de dólares, creando cambios radicales en la energía, el transporte, la alimentación y la agricultura, los materiales, los productos de consumo y las finanzas, entre otros. Como escribió el año pasado Larry Fink (13), consejero delegado de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo: “No hay ninguna empresa cuyo modelo de negocio no se vea profundamente afectado por la transición a una economía neta cero. Las empresas que no se preparen rápidamente verán cómo se resienten sus negocios y sus valoraciones” (Fink, 2022).
“Al mismo tiempo Andrew también plantea, en su artículo, otro tema muy interesante. Él opina qué en el plano del lenguaje, que puede orientar el comportamiento y los resultados, el término ESG carece de sentido: pueden parecer que están hablando de un progreso real en cuestiones medioambientales y sociales sin decir gran cosa. Ya que los esfuerzos pueden caer fácilmente en enfoques incrementales que pueden ser peor que nada”, sostienen los expertos de Quiero.
Y agregan que el reto que tendrán las marcas en un futuro cercano será el de demostrar cómo están impactando las marcas con su visión del propósito y de qué manera sus estrategias de impacto se alinean a colaborar con los criterios ESG y con la estrategia en relación a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y la Agenda 2030 de la compañía.
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