Según pública cosmopolitan:
En España hay más de 100.000 puestos de trabajo para los que no se consigue encontrar empleados. Unas vacantes paradójicas en nuestro país donde hay casi 3 millones de personas en situación de paro, sólo un 15% de las vacantes requieren los estudios universitarios.
El paro registrado en España a finales de 2022 contabilizaba 3.024.000 de desempleados. La buena noticia es que se alcanzaba un alto nivel de ocupación entre las mujeres. La mala: que el desempleo aumenta entre los jóvenes menores de 25 años . Cifras que esconden casos de desesperación para muchas personas. Y, sin embargo, en nuestro país hay más de 100.000 puestos de trabajo para los que no se consigue encontrar empleados. ¿Cuáles son esos puestos que tanto cuesta cubrir ahora mismo y por qué no se encuentran trabajadores para ellos?
No es una situación exclusiva de nuestro país, ocurre en mayor magnitud aún en otros países europeos como la República Checa, Alemania, Austria y Países Bajos, el número de vacantes supera al de desempleados, según datos de Eurostat.
En España, entre los sectores más afectados por la falta de mano de obra, según el listado de ocupaciones de difícil cobertura del primer trimestre de 2023 publicado por el SEPE, destaca el sector naval, que tradicionalmente ha tenido más oferta que demanda en nuestro país. También hace falta profesionales cualificados en hostelería. Claro que es una pescadilla que se muerde la cola. Los empresarios quieren profesionales de primera, pero muchas veces ofrecen contratos precarios: muchas horas de trabajo, sueldos bajos… Y así, cuesta encontrarlos e incentivar que se formen para estos puestos.
Pero en el listado también aparecen otras profesiones más sorprendentes, como deportistas profesionales y entrenadores deportivos. Además, hay escasez de mano de obra de oficios y técnicos medios, como mecánicos y profesionales cualificados para talleres, construcción y el sector primario, agricultura y ganadería. También se buscan, y no se encuentran con facilidad, transportistas, sanitarios y profesionales del sector IT, de tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Este último es, de hecho, el mejor pagado, con sueldos un 30% más altos que la media española.
Las comunidades autónomas también presentan características propias en cuanto al trabajo más demandado con mayor escasez de personal. Mientras en Canarias hace falta personal aeroportuario y conductores, en Aragón se demandan deportistas profesionales y entrenadores deportivos en todas sus provincias. Por otra parte, en Galicia predominan las profesiones vinculadas a la pesca, como los estibadores, camareros de barcos o bomberos de buques especializados. Frente a los perfiles industriales y agrarios, en la Comunidad Valenciana se demandan los tecnológicos, en Madrid destacan los técnicos de prevención de riesgos laborales y en Baleares y Cantabria, especialistas en atención al cliente y administrativos con idiomas. Por su parte, en Murcia, País Vasco, Castilla La Mancha, Extremadura y Navarra hacen falta ingenieros o soldadores.
“Es un problema de oferta y demanda. Las empresas demandan un tipo de profesional que escasea en España”, apunta Tiago Santos, General Manager de Ironhack Iberia. Para él, aunque “la teoría dice que la solución es fácil: formar más especialistas del sector IT, donde se encuentran los puestos de trabajo, además muy bien remunerados”, en la práctica es un problema más complejo ya que “aumentar el número de profesionales tecnológicos no es solo tarea de las escuelas de formación tecnológica, también necesitamos el apoyo de instituciones y gobiernos para caminar en la misma dirección».
Formación actualizada
Según el Informe Anual 2022 sobre el Estado del Mercado Laboral de Infojobs y Esade, solo un 13% de las vacantes requieren estudios universitarios, que tienen uno de cada tres candidatos. “Creemos que el origen de la escasez de talento se encuentra en la formación, que no se corresponde con las ofertas de empleo que ofrece el mercado. Ironhack nació precisamente con el objetivo de paliar esta brecha, centrándose en el sector tecnológico, que actualmente solo consigue cubrir un 25% de sus vacantes”, apunta Santos.
Su empresa realiza ‘bootcamps’, una metodología intensiva de estudio enfocada a adquirir conocimientos prácticos y específicos, centrados en las habilidades tecnológicas más demandadas. Así, sus alumnos pueden incorporarse al mercado laboral nada más terminar el curso. De forma fluida y rápida, se mueven según fluctúa el mercado. “Si deja de utilizar una tecnología concreta nosotros dejamos de impartirla. Estamos constantemente actualizando nuestro plan de estudios para estar siempre alineados con lo que demandan las empresas”, subraya.
El ‘bootcamp’ más demandado es el de Desarrollo web, justo con el que se dieron a conocer en España y en el que son líderes. “Todo aquel que quiere aprender a programar llama a nuestra puerta”, asegura. Además, destaca la popularidad del de Data Analytics y, muy de cerca, el de UX, o diseño de productos digitales. Entre los nuevos, el de Ciberseguridad, interesante porque, señala, “la demanda de profesionales especializados en ciberseguridad duplicará la oferta disponible en 2024”.
Como recalca Fluvia Pueyo, Operations Manager de Gi Group, una empresa de trabajo temporal y ‘permanent placement’, “es responsabilidad de la sociedad revisar el modelo formativo actual, facilitar la formación práctica para que llegue a todos los públicos con el foco puesto en los perfiles más demandados y ser capaces de retener y captar el talento”. Ese es uno de los objetivos de Gi Group Holding y una de las claves para lograrlo es impulsar la formación y promoción interna de los empleados. “Las compañías buscan de forma externa incorporar personal, pero si buscasen internamente, se encontraría igualmente personas capacitadas”, indica Pueyo.
Para ella, “nos encontramos en una situación crítica de falta de mano de obra y no podemos decir que sólo se centre en un sector o perfil determinado porque las dificultades para cubrir puestos van, por ejemplo, desde conductores, mozos o empleos más tradicionales hasta posiciones tecnológicas. No se trata de un tema económico, sino a los factores que están afectando a esta situación. Las nuevas generaciones demandan más beneficios relacionados con el salario emocional, y no tanto con el valor económico”.
La experta señala motivos demográficos como el envejecimiento de los ‘baby boomers’, la continua despoblación de nuestro país, la escasa movilidad geográfica, o la falta de relevo generacional. Pero, también, “la deficiencia de competencias formativas para las demandas existentes en el mercado laboral actual y los obstáculos que se encuentran las empresas a la hora de contratar, debido a los complejos trámites burocráticos”.
Brecha entre estudios y mercado laboral
Entre lo que se estudia en las Universidades y los puestos que demanda el mercado, se ha abierto una cierta brecha. Los conocimientos teóricos son altos, pero muchos estudiantes se quejan de prácticas deficientes cuando salen titulados. Para forma de suplirlo, en Gi Group Holding ofrecen a los recién graduados un programa de becas de formación. “El 80% de nuestras becas se convierten en contrato. Creo que las compañías debemos tratar de suplir ciertas carencias de formación y apostar por formar a nuestros propios equipos”, asegura Fluvia Pueyo.
Además, la experta recuerda que es “fundamental preparar a las nuevas generaciones en un modelo más práctico sin olvidar el desarrollo de sus ‘soft skills’, y con ello, conseguiremos grandes profesionales preparados para la entrada en el mercado laboral y con un plan de desarrollo laboral y personal”.
Por su parte, en Ironhack Iberia el 15% de los alumnos no ha pasado por la universidad, mientras que el 55% sí. “Los estudios universitarios proporcionan una formación base, pero el mercado laboral reclama una actualización de esos contenidos. Y más en el campo del sector tecnológico”, advierte Santos, “hay que adaptarse continuamente a los nuevos cambios en el sector de las TIC. La clave está en elegir los estudios que más salidas laborales tienen y no tienen porqué ser excluyentes. Se puede hacer una FP y continuar con la Universidad, o viceversa.”
Para Pueyo, mientras “los estudios en formación profesional tienen un enfoque más práctico que garantiza en la mayoría de las ocasiones una incorporación más rápida al mercado laboral, los estudios universitarios garantizan un conocimiento más profundo, con un enfoque más teórico”. Con todo, la experta recomienda “estudiar aquello te apasione” y, como recuerda Tiago, “nunca es tarde para redirigir tu formación”. Quizá las vacantes más difíciles de cubrir te inspiren a hacerlo para garantizar que encuentres un empleo.
